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Vacaciones de verano sin cistitis: ¡es posible!

Vacaciones de verano sin cistitis: ¡es posible!

La cistitis es un problema complejo. Se trata de una inflamación de la vejiga (a menudo de origen bacteriano) que puede convertirse rápidamente en crónica. Si se padece cistitis durante periodos concretos -como las vacaciones- es probable que el asunto se complique aún más.

Este artículo ofrece algunos consejos para eliminar las principales causas de la cistitis durante el verano, el periodo de riesgo por excelencia.

Deshidratación

Aunque parezca trivial, es un hecho: el calor hace sudar más de lo habitual. Es difícil imaginar cuántos litros de agua se pierden con el sudor. Los líquidos perdidos a través del sudor, al no llegar a la vejiga, contribuyen a reducir el volumen de orina, haciéndola más concentrada y provocando una micción menos regular. La concentración hace que la orina sea más ácida y, en consecuencia, produce el entorno ideal para la proliferación bacteriana.

La solución es beber más. Puede parecer un consejo obvio, pero si pensamos que en invierno se necesita 1,5 l de agua al día, estará claro que en verano sin duda se necesitará más.

Aumentar el consumo de agua es, por tanto, lo primero que hay que hacer en caso de cistitis; también será necesario prestar atención a la forma de beberla: regularmente y a lo largo del día, para garantizar una dilución constante de la orina.

Cuidado con las falsas promesas de bebidas “deportivas” o “hidratantes”: sólo el agua hidrata. Nada es mejor que el agua; si realmente sientes la necesidad de un cambio, las infusiones (calientes, tibias o frías) pueden ser de gran ayuda, pero sólo si se eligen con cuidado.

A este respecto, te recomendamos la siguiente lectura: “Las mejores infusiones para afrontar la cistitis”.

Pérdida de minerales

Muchos minerales y sales minerales (como el potasio, el sodio y el magnesio) también se pierden a través del sudor. La pérdida de sales minerales puede provocar auténticas carencias que pueden empeorar los síntomas de la cistitis o incluso predisponer a recidivas.

Las manifestaciones más comunes de estas carencias son dolores musculares agudos y frecuentes (por ejemplo, pequeños calambres en el bajo vientre o en el perineo), disminución de las defensas inmunitarias y agotamiento.

Para compensar, existe una solución aparentemente sencilla: consumir más fruta y verdura (preferiblemente de temporada) que contienen agua. Aunque a menudo parezca más fácil recurrir a una pizza o un plato de pasta, sería bueno consumir 5 raciones de fruta y verdura al día. Una solución alternativa a este objetivo no tan fácil de alcanzar es optar por Sette+, un complemento alimenticio a base de 7 importantes minerales con efecto alcalinizante del pH urinario.

Acidez urinaria

Una mala hidratación combinada con una pérdida de sales minerales provoca una orina más ácida. El resultado será un fuerte ardor al orinar que puede sugerir un nuevo episodio de cistitis y llevar a tomar un nuevo tratamiento con antibióticos, contribuyendo así al “círculo vicioso” de la cistitis.

Beber lo suficiente, tomar las dosis diarias correctas de minerales y orinar con regularidad serán medidas útiles para romper la cadena del círculo vicioso.

Sudoración

El sudor es un líquido muy ácido (tiene un pH bajo). Al permanecer en contacto con las mucosas, puede provocar una recurrencia del ardor vaginal (como una sensación de calor excesivo) que en el peor de los casos puede desembocar en una vaginitis. Si el contacto entre la mucosa vulvar y el sudor se prolonga, aumenta el riesgo de proliferación de bacterias patógenas, lo que puede provocar vaginosis, candidiasis o cistitis.

Soluciones: evitar la ropa interior sintética y optar por ropa interior ancha de algodón blanco (algunos tintes textiles utilizados en la ropa interior pueden ser tóxicos); evitar a toda costa el uso de tangas. Si es posible, no llevar ropa interior de vez en cuando (por ejemplo, durante la noche) puede ser de gran ayuda.

La higiene íntima regular con un jabón íntimo suave y no agresivo, como Ausilium Mousse, también será de gran ayuda.

Si esto no es posible, otra forma de mantener el sudor alejado de las mucosas es aplicar una fina capa de crema protectora. Ausilium Crema es perfecta para ello porque no tiene contraindicaciones; al contrario, favorece la hidratación de las mucosas vulvares. Del mismo modo, se puede probar con aceite de coco, siempre que el tiempo de contacto sea breve (menos de cuatro horas).

Adaptación muscular

Con el calor, los músculos cambian: generalmente se relajan (como cuando se aplica una bolsa de agua caliente en el bajo vientre en caso de dolor menstrual). Sin embargo, la relajación pasa a veces por una fase de adaptación dolorosa. El magnesio contenido en Ausilium Forte ayudará a aliviar el dolor, gracias a su acción relajante muscular. Tras esta fase, puede observarse una mejoría muy notable, generalmente indicada por una reducción de la frecuencia miccional.

Además, siempre es bueno estar atento a los cambios de temperatura como en la playa o en el agua de mar. Si se trabaja en un entorno con aire acondicionado, asegurarse de llevar un cinturón grueso de lana o algodón (una simple bufanda atada alrededor de la pelvis) para proteger la zona pubo-sacral del frío artificial.

Sal, arena, cloro y bañadores sintéticos mojados

Para proteger las mucosas de estos agentes agresivos, la solución vuelve a ser sencilla: después de cada baño en el agua, se recomienda ducharse con agua dulce y ponerse un bañador seco.

Ausilium Crema aplicada antes del baño también ayuda a crear un efecto barrera.

Trastornos intestinales relacionados con los viajes

Durante las vacaciones, algunas mujeres experimentan alternativamente fuertes episodios de estreñimiento y diarrea. Las causas de estas variaciones rápidas son múltiples:

– cambio de alimentación

– estilo de vida más sedentario

– pérdida de líquidos (las heces se vuelven más secas)

– la calidad del agua y de los alimentos

Por ello, se recomienda llevar siempre probióticos como Deaflor y Ausilium Flora, y planificar la actividad física incluso durante las vacaciones.

Candidiasis

En verano, debido a la transpiración, la posible humedad constante de los genitales, el uso de bañadores sintéticos y otros factores irritantes mencionados anteriormente, la cistitis suele ir acompañada de candidiasis vulvovaginal.

Esta infección por levaduras (a menudo Candida albicans) es uno de los principales factores predisponentes (o precipitantes) de la cistitis. Por lo tanto, conviene no tomársela a la ligera (en algunos casos, los antifúngicos son necesarios, pero si la micosis es recidivante o, peor aún, crónica, puede ser conveniente actuar de otra manera). Por lo tanto, sería prudente seguir un protocolo completo para eliminarla de una vez por todas.

En el caso de que la cistitis reaparezca a pesar de todas las medidas preventivas anteriores, en este artículo encontrarás una serie de acciones y medidas de “primeros auxilios” que puedes adoptar.

Esperamos que este artículo te haya resultado útil y te deseamos un feliz verano.

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