Definición y presentación
Definido en 2013, el Síndrome Genitourinario (SGU) agrupa un conjunto de síntomas relacionados con la premenopausia, la menopausia y la deficiencia de estrógenos y tiene una incidencia aproximada del 50% en mujeres menopáusicas.
Los síntomas de SGU ocurren en tres niveles:
- a nivel urológico, con infecciones urinarias recurrentes, polaquiuria, urgencia y frecuencia de la micción, a veces incluso pequeñas pérdidas urinarias
- a nivel genital, con sequedad vaginal, ardor, picazón, hormigueo vulvovaginal e infecciones vaginales bacterianas y fúngicas
- a nivel sexual, con dispareunia (dolor al penetrar) ligada a la falta de lubricación de la mucosa y atrofia que puede provocar estenosis del vestíbulo vaginal
Estrategias para el manejo del síndrome genitourinario
En una correcta estrategia para el SGU, el objetivo debe ser no descuidar ninguno de estos tres niveles de síntomas para recuperar una buena calidad de vida y prevenir la cronicidad del SGU. Además de las terapias de reemplazo hormonal que suele recetar el médico, a continuación encontraréis algunas sugerencias útiles.
1) Prevención de infecciones urinarias
Es imprescindible la suplementación oral con D-Manosa asociada a activos naturales con propiedades inmunoestimulantes, antiinflamatorias, alcalinizantes de la orina y relajantes musculares (Ausilium 20 PLUS o Ausilium Forte).
2) Apoyo a la correcta reepitelización del urotelio vesical
La pérdida de trofismo de la mucosa vulvovaginal se asocia a menudo con una forma de “sequedad” de la pared de la vejiga; esta última pierde progresivamente sus capacidades elásticas y la capa protectora de GAG (glucosaminoglicanos) que normalmente mantiene la vejiga aislada del contacto directo con la orina. En estas condiciones es común experimentar molestias como urgencia y frecuencia al orinar, vejiga poco tolerante al llenado excesivo y mayor sensibilidad al consumo de ciertos alimentos o bebidas. Restaurar el trofismo del urotelio nos permitirá contrarrestar estos problemas reduciendo la inflamación de la pared, restaurando la capa GAG y restableciendo un pH urinario a niveles menos ácidos (y por tanto menos nocivos para la propia mucosa).
3) Reducir la irritación y la inflamación de la vejiga
El factor clave está relacionado con el estilo de vida que debe incluir:
- una dieta generalmente alcalinizante
- hidratación abundante y regular
- micciones fisiológicas (vaciado completo de la vejiga)
- la limitación de tabaco y el alcohol
- el mantenimiento de un tránsito intestinal regular y de unas defensas inmunitarias fuertes, preservadas por “buenos hábitos” (como una actividad física regular, una exposición moderada al sol y una respiración correcta)
Finalmente, para respaldar lo dicho hasta ahora, se podrán utilizar principios activos naturales y antiinflamatorios como la Morinda citrifolia (Noni) y la Quercetina.
4) Hidratación y apoyo del trofismo de la mucosa
Esta acción debe dirigirse a las mucosas vulvovaginales que, bajo el efecto de la disminución de estrógenos, pierden su hidratación natural y pueden sufrir una atrofia progresiva, provocando malestar, dolor y vulnerabilidad a los ataques bacterianos o fúngicos.
Exactamente como en dermatología, una mucosa “seca” primero debe rehidratarse mediante la aplicación diaria de una crema específica, como Ausilium Crema.
5) Apoyo a la correcta colonización del ambiente vulvovaginal para una flora Döderlein equilibrada
El ecosistema fisiológico vulvovaginal está compuesto por una abundante flora con mayoría lactobacilares. Por tanto, el uso de probióticos orales y locales es apropiado en caso de síndrome genitourinario (Ausilium Flora).
6) Prevención de las infecciones vaginales
La prevención de las infecciones vaginales implica una flora Döderlein vital y equilibrada, como se explicó anteriormente. En algunos casos puede ser necesario intervenir localmente para apoyar la flora o inhibir o eliminar posibles cepas patógenas (fúngicas o bacterianas).
Para ello se pueden utilizar duchas vaginales, óvulos o cremas. Una buena formulación debe incluir la presencia de:
- Lactobacilos vivos, para restaurar la flora fisiológica y contrarrestar de forma natural las cepas patógenas
- D-Manosa, para interceptar bacterias patógenas, impidiendo que se adhieran a la mucosa, evitando así inflamación, dolor y cistitis por ascenso
- Lactoferrina para combatir hongos
- NAC para disgregar cualquier biofilm patógeno
Y debe estar libre de PEG, vaselina, siliconas y fragancias sintéticas
Nuestras recomendaciones: Ausilium Lavanda, Ausilium Flora, Ausilium Crema
7) Apoyo de la lubricación durante el coito para evitar microlesiones
Con Ausilium Crema que tiene acción lubricante, hidratante, calmante, reepitelizante y antibacteriana. También recomendamos la siguiente lectura.
8) Apoyo a la función de los músculos pélvicos
En cuanto a la tonicidad pélvica, el SGU puede asociarse a situaciones muy diferentes que van desde el prolapso hasta la contractura. Una valoración del suelo pélvico permite definir la situación y adoptar una estrategia correcta a favor de la tonificación o, por el contrario, de la relajación de los músculos pélvicos.
9) Prevención de neuropatías
En ciertos casos, los síntomas asociados con la SGU pueden cambiar hasta el punto de causar dolor crónico. Esto, a su vez, puede dañar las fibras nerviosas de las zonas afectadas. La prevención y/o manejo de las complicaciones neuropáticas forma, por tanto, parte de las medidas preventivas a adoptar según el caso.
La inflamación, especialmente si se prolonga en el tiempo, puede volverse crónica o evolucionar hacia una neuropatía.
Cada caso es único
La SGU es un síndrome complejo dividido en trastornos en diferentes niveles. Sus manifestaciones pueden percibirse de manera diferente de un sujeto a otro, de ahí la imposibilidad de definir una estrategia “estándar”. Por tanto, es fundamental implementar una estrategia individualizada, construida en función de su problema personal, si es posible acompañado de profesionales de salud.
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