El SII (Síndrome del Intestino Irritable) es un síndrome (conjunto de signos y síntomas que lo distinguen de una patología).
De hecho, este diagnóstico indica “simplemente” un trastorno funcional (alteración de la funcionalidad) del intestino que se caracteriza por un dolor abdominal recurrente que se produce de media al menos 1 día por semana en los últimos 3 meses con al menos 2 de los siguientes criterios:
– alteraciónde la defecación
– alteración de la frecuencia de las deposiciones
– alteración de la consistencia (aspecto) de las heces
El SII puede ser de diferentes tipos:
– SII-D: Síndrome del intestino irritable con diarrea
– SII-C: Síndrome del intestino irritable con predominio de estreñimiento
– SII-M: Síndrome del intestino irritable de tipo mixto
– SII-U: pacientes no clasificables que cumplen los criterios para el diagnóstico del Síndrome del intestino irritable pero cuyos patrones no encajan en uno de los otros tres grupos
Síndrome del Intestino Irritable: una definición simple
Para gestionarlo adecuadamente, a menudo es útil entender qué hay detrás de los síntomas aparentes del SII.
Hay muchas patologías diferentes que pueden causar los síntomas del SII (¡y éste es un problema tanto para los pacientes cuanto para los médicos!).
Por lo tanto, es aconsejable intentar averiguar, mediante un proceso de exclusión, cuál es la causa subyacente del SII.
Al detenerse en el diagnóstico del SII, las opciones terapéuticas son paliativas y se limitan a aliviar los síntomas sin actuar sobre su causa fundamental y, a veces, agravándola (efectos secundarios de las terapias utilizadas).
Al tratar de identificar los factores de riesgo del SII (que se dividen en factores predisponentes, precipitantes y de mantenimiento) se podrá aplicar una gestión más refinada y específica que se desarrollará en torno a varios objetivos:
– controlar y luego resolver los trastornos funcionales (se trata principalmente de regular el tránsito)
– actuar de forma previa sobre los factores predisponentes y precipitantes del síndrome
– hacerse cargo también de los factores de mantenimiento que puedan haberse asentado con el tiempo y de las posibles complicaciones (como la hiperpermeabilidad intestinal)