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Síndrome del colon irritable y limpieza del intestino

Síndrome del colon irritable y limpieza del intestino

En primer lugar, debemos definir lo que se entiende por “limpieza intestinal” porque esta terminología no describe una técnica particular sino más bien una intención (la de “limpiar” el intestino):

-> lavado es decir, un lavado mecánico del recto usando un instrumento especial y una solución

->  irrigación del colon es decir, una inyección transrectal de agua tibia bajo presión

-> “purga” es decir, el consumo de una sustancia laxante (alimentos y/o complementos y/o medicamentos)

Cabe señalar inmediatamente que, entre estas técnicas, solo la purga es capaz de alcanzar todo el tracto intestinal mientras que el lavado se refiere solo al recto y el riego del colon es capaz de alcanzar el recto y la última parte del colon (el terminal).

2) en todos los casos, el intento de eliminar las heces acumuladas y/o la resolución ocasional de estreñimiento se entiende con el término “purga”.

La purga médica (por ejemplo, la preparación para la colonoscopia) no solo hace posible evacuar las heces sino también eliminar los desechos que se han acumulado en los intersticios de la pared de los enterocitos. El riego del colon promete hacer la misma cosa pero, hasta la fecha, la evidencia científica de la validez de esta afirmación es débil.

Por lo tanto, estos enfoques no permiten “limpiar” el intestino de la presencia de bacterias o hongos patógenos. Se podría llegar a reducir un enjambre microbiano excesivo, pero no a actuar eficazmente contra cualquier disbiosis.

3) además, es esencial señalar ciertos riesgos y efectos secundarios de estas prácticas:

-> el uso repetido y/o prolongado de laxantes orales (especialmente medicamentos) puede causar:

– alteración del peristalismo intestinal

– empeoramiento del estreñimiento

– empeoramiento de la disbiosis

– incontinencia rectal

-> la aplicación repetida y/o prolongada de un lavado rectal puede causar:

– infecciones perianales y/o perineales

– prolapso rectal

– incontinencia rectal

– fisuras anales

-> la irrigación del colon, incluso si solo se lleva a cabo una vez, incluye el riesgo de:

– infección intestinal

– empeoramiento de la disbiosis

– lesiones de la pared de los enterocitos

– llteración crónica del peristalismo intestinal

– neuropatía

4) finalmente, sea cual sea la técnica elegida, es cuestión de evaluar riesgos y beneficios sobre la base del problema inicial y del objetivo que se debe lograr. De hecho, un método puede ser útil para ciertos pacientes (porque es adecuado para su situación y sus necesidades) y no para otros.

También debe recordarse que los tres métodos mencionados anteriormente también pueden considerarse bastante restrictivos y que, si se practican, requieren absolutamente el apoyo de un profesional.

¿Cuál es tu situación y con qué expectativas te interesan este enfoque? Escríbenos.

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