La cistitis, bacteriana y/o inflamatoria, es un problema que puede ser consecutivo o empeorar debido al SII (Síndrome del intestino irritable).

Esta interacción es posible:

1) debido a migraciones bacterianas desde el intestino a la vejiga -> os aconsejo leer este testimonio de Myriam que podrá contaros su experiencia

2) debido a repetidas irritaciones/inflamaciones del intestino que «irradian» de alguna manera a los órganos periféricos, incluida la vejiga

Pongamos un ejemplo:

-> Factores predisponentes:

– SII = migraciones bacterianas + inflamación

– muy probable la formación de unos biofilms (problemática vieja que tiende a empeorar y volverse crónica)

-> Factor precipitante:

– coito

Por lo tanto, un enfoque integral y coherente para un problema como esto sería tener un cuidado preventivo de cada uno de estos factores de riesgo para evitar episodios agudos.

Esta prevención debería centrarse en:

1) manejo efectivo del SII y regularización del tránsito para limitar la inflamación intestinal y los fenómenos de permeabilidad intestinal: dieta baja en FODMAP, hidratación regular, toma de probióticos (no en caso de SIBO), etc.

2) paralelamente, una intervención dirigida a reducir la inflamación general (vejiga e intestino) sería un «must»

3) la disgregración de la matriz de polisacáridos de los biofilms + eliminación natural de los patógenos que liberan para erradicar el foco infeccioso latente

4) ingesta profiláctica diaria de D-Manosa (orosoluble si es necesario) también sería deseable para «contener» los gérmenes que llegan a la vejiga (por migración o ascenso)

5) por supuesto, también será necesaria la prevención dirigida a las relaciones sexuales

NB: dado el impacto perjudicial del consumo de antibióticos tanto para el SII como para la cistitis postcoital (alteración de la flora de Döderlein), esta opción de tratamiento debe evaluarse cuidadosamente con el médico frente a cada episodio agudo para acertar molécula/dosis/posología más apropiada si se requiere este abordaje