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Resistencia a la D-Manosa: ¿mito o realidad?

Resistencia a la D-Manosa: ¿mito o realidad?

Conversé mucho tiempo con algunas mujeres en varios foros y ví que este tema, es decir la resistencia a la D-Manosa, es uno de los más recurrentes:

“¿Has oído hablar de resistencia a la D-Manosa? Parece que algunas fimbrias de E.coli son Manosa resistentes. Aparentemente hay 2 categorías de fimbrias: resistentes y sensibles”.

Primero habrá que recordar que son las fimbrias, o sea, una especie de pequeñas pestañas que cubren las bacterias patógenas implicadas en las infecciones del tracto urinario.

Cada fimbria (llamada también lectina o adhesina de acuerdo con la literatura científica) actúa como un “mini-lanza” que permitirá que el patógeno pueda anclarse firmemente a la superficie de la mucosa de la vejiga para luego crecer lentamente ( multiplicandose y colonizando el medio ambiente). Cada bacteria patógena tiene docenas (o incluso cientos) para asegurar su adherencia a la mucosa de la vejiga. Si la bacteria no se adhiere a la pared de la vejiga, permanecerá suspendida en la orina y se eliminará al orinar.

La D-Manosa tiene una “forma” adaptada a estas pequeñas fimbrias. Básicamente, se unirá a ellos “imitando” la pared de la vejiga. De esta manera, las bacterias patógenas “creerán” haberse adherido a la pared de la vejiga cuando de hecho todavía estarán “suspendidas” en la orina. Por lo tanto, simplemente se eliminarán con la micción de forma natural y sin efectos secundarios (este es el “genio” de esta molécula).

Entonces, esto es el truco de la D-Manosa: saturar las bacterias patógenas unendose con todas sus fimbrias para prevenir la adhesión en la pared de la vejiga. Como resultado, las bacterias ligadas a la D-Manosa “flotarán” en la vejiga para luego eliminarse con la orina.

Añado que este proceso, más allá de ser efectivo, es mucho más natural e indoloro que la toma de antibióticos. Lo que no solemos tomar en cuenta es que los antibióticos, al matar las bacterias patógenas, en realidad los hacen literalmente “explotar”. Esta “explosión” (llamada “lisis” en medicina) causa una liberación significativa de toxinas que atacarán fuertemente la mucosa de la vejiga y causarán dolor inflamatorio. Esta potenciación de la inflamación a menudo es responsable del dolor residual más allá del episodio infeccioso (pesadez de la vejiga, urgencia urinaria y hormigueo uretral que dura varios días). Con la D-Manosa esto no pasaría ya que las bacterias “saldrían” enteras y vivas de la vejiga.

Pues ¿perfecto no? Pues no. E.coli, por ejemplo, es una bacteria muy inteligente que se adapta y muta.

De aquí vienen todas las dudas de muchas personas sobre la D-Manosa, esta “cura milagrosa” que desvanece y nos hace perder la esperanza.

¡Bueno, no! Tranquil@s. Os voy a dar al menos cuatro elementos de suporte:

N ° 1

Los estudios enfatizan que, dentro de la misma muestra de bacterias patógenas, no todas tienen fimbrias “no sensibles a la Manosa”. Y a pesar de que algunas tengan fimbrias “no sensibles a la Manosa”, nunca representan la mayoría.

Como resultado, la D-Manosa seguirá siendo efectiva en más del 50% de las bacterias patógenas involucradas en la infección urinaria actual, que es, creo, suficiente para lograr una disminución significativa de la carga bacteriana sin el uso de los antibióticos.

Además, otro estudio ha confirmado esto en pacientes con infecciones crónicas del tracto urinario con Proteus mirabilis con fimbrias “no sensibles a la Manosa”.

Hay que subrayar (porque ya me imagino que algunos pensarán que una disminución no es una erradicación) que es completamente posible deshacerse por completo de las bacterias patógenas solo con la D-Manosa. La clave es saber la dosis adecuada y mantener una ingesta prolongada  y constante.

N ° 2

Se entiende que todas las bacterias patógenas no necesariamente tienen fimbrias “no sensibles a la Manosa”. ¡Estos estudios especifican que en algunas muestras no había ninguno! Además, como hemos dicho antes, incluso fuera así, no sería la mayoría de los casos.

N ° 3

No debemos olvidar que no estamos solos en esta lucha contra nuestra infección. Nuestro cuerpo, incluso debilitado por las terapias con antibióticos y otras cosas es todavía capaz de defenderse (no me refiero aquí a situaciones extremas de personas inmunocomprometidas), fabricando leucocitos.

Por lo tanto, podemos considerar que si D-Manosa “gestiona” un 80% de las fimbrias “sensibles a la Manosa”, nuestro sistema inmunológico será capaz de “manejar” el otro 30% “no sensible a la Manosa”.

Bueno, aquí tengo que decir que estoy firmemente convencida de que la Morinda citrifolia presente en los productos Ausilium en asociación con la D-Manosa, hace una gran diferencia ya que es un inmunoestimulante. Como resultado, estos productos se vuelven aún más relevantes en la hipótesis de la existencia de fimbrias “no sensibles a la Manosa”.

Otro elemento muy importante: todos los estudios que mostraron fimbrias  “Manosa no sensibles” son in vitro. Esto significa que llegan a reflejar la realidad de una infección urinaria con sus otros componentes: la reacción del sistema inmune, por ejemplo.

N ° 4

No todas las bacterias patógenas se adhieren a la mucosa de la vejiga. También pueden agregarse entre sí. Este es el primer paso en la formación del biofilm. Este proceso no requiere la implementación de fimbrias. Por lo tanto, ni siquiera tenemos que plantearnos la cuestión de su sensibilidad o no a la D-Manosa.

Para luchar contra esta agregación no es “suficiente” tomar un complemento alimenticio con D-Manosa, se necesita su asociación con N-acetilcisteína y Lactoferrina (por ejemplo, Ausilium nac).

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