La cistitis suele tener un impacto profundo en la vida diaria de muchas mujeres, especialmente cuando se vuelve recurrente (es decir, con más de 4 episodios agudos por año) hasta el punto de provocar cistitis crónica si no se trata correctamente. Los hombres también se ven afectados aunque en menor medida.

Pero ¿cómo es posible que un problema relativamente “simple” se vuelva tan complejo?

En este artículo analizamos los factores de riesgo que pueden conducir a una auténtica espiral de recaídas, dolor y en ocasiones desesperación a través de un círculo vicioso difícil de romper.

1. Una de las principales causas de cistitis recurrente es tomar terapias con antibióticos ‘a ciegas’ sin haber realizado previamente un urocultivo con antibiograma. De hecho, basarse únicamente en síntomas como la urgencia y la frecuencia de orinar o el ardor localizado en la zona urogenital lleva al riesgo de cometer graves errores de evaluación ya que estos síntomas no indican necesariamente una infección en curso.
2. Si la cistitis es recurrente, será necesario tener una visión más amplia del problema, no considerando simplemente episodios individuales, sino teniendo en cuenta la historia personal de cada paciente.

En este sentido, recordamos la importancia fundamental de identificar e intentar gestionar los factores predisponentes y precipitantes de los episodios agudos:

• los factores predisponentes son condiciones que predisponen al individuo a la aparición de cistitis
• los factores precipitantes son eventos que causan el episodio agudo real. Una vez identificados, será necesario construir una estrategia preventiva adecuada y personalizada. 

3. La toma de antibióticos cuando el urocultivo es negativo es una de las causas de que la cistitis se vuelva crónica. La ingesta continua de antibióticos contribuye a alimentar la inflamación urotelial ya presente sin resolver por tanto las causas de los síntomas dolorosos. En este sentido, consultar este artículo para obtener más información.
4. Una de las causas más comunes de recurrencia de la cistitis es la presencia de biofilms patógenos, capaces de ocultar dépositos bacterianos presentes.
5. La toma de terapias con antibióticos y antifúngicos, más aún si son repetidas y prolongadas, provoca un empobrecimiento general de la flora fisiológica (intestinal y vaginal), provocando en consecuencia también una disminución de las defensas inmunitarias. En este caso será necesario actuar con una ingesta prolongada de probióticos orales para restablecer el equilibrio de la microbiota intestinal y vaginal y la salud general.
6. En caso de micosis o vaginosis bacteriana será necesario elegir cuidadosamente la calidad y cantidad de terapias antibióticas y antifúngicas, cuando sea necesario, y acompañarlas de una estrategia dirigida y personalizada con productos naturales con acción antiinflamatoria y calmante para minimizar los efectos secundarios.
7. En caso de un episodio agudo de cistitis también será necesario evitar todos los productos (incluso los naturales) a base de ingredientes como arándano, cranberry, gayuba y vitamina C. Estos ingredientes tienen una fuerte acción acidificante del tracto urinarioque agrava la inflamación urotelial y los síntomas relacionados.
8. En caso de cistitis bacteriana es fundamental que la estrategia natural adoptada tenga en el centro la D-Manosa, un azúcar simple extraído del abedul con una potente acción antibacteriana. Sin embargo, es necesario que este activo se tome regularmente a lo largo del día y que se acompañe de activos antiinflamatorios (como Morinda citrifolia) y un agente alcalinizante.
9. En caso de cistitis recurrente es necesario orinar de forma correcta y fisiológica. Consultaeste artículo para obtener más información.
10. La nutrición también juega un papel clave en el caso de cistitis recurrente. En particular, sería útil adoptar una dieta alcalina, destinada a reducir el contacto de la orina ácida con la mucosa, permitiendo así limitar el componente inflamatorio y doloroso.
11. Es importante que, si además hay dolor pélvico, se trate para evitar que se cronifique dando lugar a una neuropatía (un verdadero problema en sí mismo).
12. Para completar el punto anterior, en caso de dolor pélvico será bueno tener en consideración la posibilidad de que exista una contractura pélvica o una alteración de las terminaciones nerviosas que soportan los síntomas. En este sentido, recomendamos una valoración del suelo pélvico por parte de un profesional especializado: matrona, fisioterapeuta especializado o ginecólogo.