A continuación la traducción de un artículo ofrecido generosamente por una matrona.
La contractura pélvica consiste en un estado de tensión muscular involuntaria y persistente (hipertonía) de uno o más músculos de la pelvis, es decir, los músculos que van desde el hueso púbico hasta el cóccix y que se disponen en varias capas del interior de la cuenca, creando una especie de “hamaca”.
Esta condición, cuando se vuelve crónica, puede conducir no solo a alteraciones funcionales y posturales sino también a alteraciones del trofismo vascular, mucoso y nervioso: la contractura constante del músculo conduce a la hipoxia tisular (falta de oxígeno en los tejidos), provocada por circulación sanguínea ineficiente debido a la tensión constante de las fibras musculares. Esta afección puede provocar síntomas como dolor, sequedad de las mucosas, inflamación e inmunodeficiencia de los órganos del suelo pélvico que corren un mayor riesgo de sufrir infecciones oportunistas.
Cabe señalar que, debido a su naturaleza, los síntomas de la contractura pélvica a menudo se confunden con los de la cistitis/uretritis o de la candidiasis/vaginitis.
El cuadro puede agravarse aún más por la presencia de dispareunia (dolor durante el coito) y/o cistitis postcoital (que se presenta 48/72 horas después del coito).
Una musculatura pélvica inelástica pierde su fuerza y firmeza dando lugar a problemas como incontinencia urinaria, hemorroides y fisuras. Así, un perineo contraído es un perineo débil, inflamado e incompetente.
A la fecha, entre los medios que tenemos para luchar contra este trastorno se encuentran:
– terapia manual y rehabilitación del suelo pélvico (manipulaciones realizadas por un fisioterapeuta, matrona u otro profesional sanitario con experiencia en la rehabilitación del suelo pélvico)
– Fes (electroestimulación)
– Tens (terapia analgésica)
– Fármacos miorrelajantes
– MAGNESIO: los beneficios de este elemento a nivel muscular se conocen desde hace mucho tiempo al punto que puede considerarse un excelente aliado en la terapia de rehabilitación
Papel del magnesio en la contractura de los músculos pélvicos
Veamos aquí dos aplicaciones diferentes de Magnesio:
– vía oral -> recomendamos especialmente D-Magnesio, un complemento en polvo por su acción miorrelajante para aliviar espasmos/contracciones musculares, calambres, tensiones y por sus efectos beneficiosos sobre todos los músculos
En un estudio reciente de 2020 (Effects of Magnesium Supplementation on Muscle Soreness and Performance, Alyssum M Reno, Lauren G Killen, Eric K O’Neal, Kelly Pritchett, Zella Hanson) se demostró que los sujetos que recibieron magnesio por vía oral mostraron un efecto significativo en términos de reducción de dolores corporales y mejor recuperación después del ejercicio.
Sin mencionar que el magnesio también se usa en el tratamiento de pacientes con fibromialgia (Fibromialgia y nutrición: ¿posibilidades terapéuticas? Geir Bjørklund, Maryam Dadar, Salvatore Chirumbolo, Jan Aaseth, Epub 2018 Apr 24) porque el dolor muscular se ha asociado con deficiencias de amino ácidos, magnesio, selenio, vitaminas B y D
– aplicación local -> el magnesio también se puede utilizar por vía transdérmica, mediante aplicación directa sobre la piel (D-Magnesio gel)
En caso de calambres, dolor y fatiga muscular, tensión, contracturas, fibromialgia, dolor menstrual, piernas cansadas o doloridas, se aplica directamente sobre la zona afectada; sin embargo, se recomienda no utilizar el producto sobre las mucosas o en sus proximidades ya que las sales de magnesio podrían provocar quemaduras o irritaciones. En general, la aplicación de D-Magnesio gel sobre la piel, asistida por un suave masaje y cataplasmas calientes, permite aprovechar las propiedades del magnesio incluso en zonas alejadas de la zona de aplicación.