En caso de trastornos urológicos, el descubrimiento de la presencia de Mycoplasmas en el tracto urinario es una situación delicada y compleja.

Las Mycoplasmas son bacterias que están fisiológicamente presentes en los genitales de muchas mujeres y ya que su presencia no tiene una sintomatología a menudo el médico decide no tratarlas. Sin embargo, la literatura científica ha documentado ampliamente una relación de causa y efecto entre la proliferación excesiva de estas cepas y la aparición de trastornos dolorosos, y cuando estos agentes microbianos se identifican en tractos urinarios o en un número significativo en los genitales, se describen como ” patógenos “. En particular esta proliferación vaginal y/o colonización del tracto urinario es una anomalía favorecida y promovida por la disbiosis vaginal y por la rarefacción de las colonias lactobacilares (a menudo siguiendo múltiples terapias y en un contexto de infecciones urogenitales repetitivas).

La pregunta, por lo tanto, es: ¿en caso de Mycoplasmas los síntomas han llevado a realizar investigaciones específicas para estos gérmenes o son estos gérmenes los que causan los síntomas? Y nuevamente, ¿son las infecciones urogenitales recurrentes y la disbiosis vaginal el producto de la presencia de Mycoplasmas o es esta fuerte presencia el resultado de múltiples infecciones y tratamientos?

Para estas dos preguntas, no hay consenso médico y las opiniones se oponen.

En otras palabras, en caso de trastornos urológicos y presencia de Mycoplasmas en las análisis, tratarlas no es una garantía de “curación”.

¿Qué se puede hacer?

Más allá de estas consideraciones, hay que tener en cuenta que las Mycoplasmas son bacterias que presentan una serie de características que las distinguen significativamente de los gérmenes generalmente patógenos para las vías urinarias y vaginales.

De hecho, al ser privados de una membrana externa, estas bacterias no tienen pilis para adherirse a las mucosas para proliferar (= infección). Por lo tanto, su modalidad infecciosa consiste en transformar su debilidad (ausencia de membrana = gran fragilidad hacia las variaciones ambientales) en una fuerza ya que, para colonizar un sector, penetrarán en las células que constituyen la pared del órgano (mucosa vaginal y urotelio si nos referimos a la esfera de urogenital). Es esta colonización intracelular la que dificulta la detección de las Mycoplasmas (a menudo no aparecen en los fluidos y requieren exámenes que proporcionen una colección de células = muestras de superficie y método PCR) lo que puede retrasar su identificación y, sobre todo, derrotar muchos enfoques, sin embargo, efectivos en caso de infecciones uro-genitales ordinarias.

Por todas estas razones, las terapias antibióticas más habituales son ineficaces contra las Mycoplasmas y actualmente no existe una alternativa natural que haya demostrado una eficiencia real en este sentido (como ejemplo, la D-Manosa no tendrá ningún efecto). Por lo tanto, la única opción terapéutica disponible radica en tomar antibióticos específicos (la opción se reduce a dos moléculas) bajo consejo médico.

Sin embargo, es posible ajustar la terapia favorablemente para potenciarla y optimizar los efectos:

– aumentar la sensibilidad de las Mycoplasmas disgregando sus biofilms

– apoyar la flora de Döderlein vulvo-vaginal para aumentar su acción competitiva* frente a las Mycoplasmas y fortalecer las defensas inmune fisiológicas locales en su papel de protección de la esfera de urogenital

*¡Los Lactobacilos serán nuestros mejores aliados!

De hecho, los Lactobacilos de Döderlein (grandes dominantes de la microbiota vaginal) deben considerarse como defensores naturales de la esfera de uro-genital. Por lo tanto, su papel “terapéutico” en el caso de una infección por Mycoplasmas no debe subestimarse y, incluso si el exudado vaginal indica una flora abundante, se recomienda seguir aplicando los Lactobacilos (probióticos vivos) a nivel local lo que constituye indudablemente una estrategia válida.

Citaremos aquí, en particular, los beneficios de Ausilium Lavanda y Ausilium Flora cuyas dosis se pueden adaptar según sea el caso y el sujeto.