Antes se hablaba de microbioma intestinal, luego de microbioma vaginal. Ahora parece que los microorganismos en la vejiga femenina también juegan un papel importante en nuestra salud.
En los últimos tiempos, por lo tanto, escuchamos cada vez más hablar de «microbioma vesical». Desde hace tiempo se sabe que la vejiga puede contener bacterias, pero esta condición generalmente se trataba como una infección.
Por primera vez, algunos investigadores australianos han identificado colonias de bacterias que viven en la vejiga femenina en ausencia de una infección. El estudio en cuestión se titula ”Culturing of female bladder bacteria reveals an interconnected urogenital microbiota” («El cultivo de bacterias vesicales femeninas revela una microbiota urogenital interconectada»). El autor principal del estudio publicado en Nature es el Dr. Samuel Forster del Hudson Institute of Medical Research.
Los resultados obtenidos muestran una imagen más completa del ecosistema de la vejiga que se creía estéril y podría proporcionar nueva información sobre la prevención y el tratamiento de las infecciones del tracto urinario.
La investigación científica ha demostrado que las bacterias buenas del tracto reproductor femenino son capaces de colonizar la vejiga sin causar infecciones. El Dr. Forster y sus colegas, utilizando la tecnología de secuenciación del genoma, aislaron 149 cepas bacterianas de las vejigas de 77 mujeres.
De ahí el descubrimiento de que las bacterias buenas y patógenas se mueven libremente entre la vejiga y el tracto reproductor femenino, incluso en mujeres sanas. El equipo observó que aproximadamente dos tercios de todas las especies bacterianas en la vejiga también se encuentran en el tracto reproductivo femenino.
La cultura ha encontrado 78 especies diferentes, incluyendo Proteobacteria, Actinobacteria y Firmicutes. El análisis filogenético de cepas bacterianas aisladas de vagina y vejiga en las mismas mujeres identifican especies similares, tales como: E.coli, Streptococcus anginosus, Lactobacillus iners y Lactobacillus crispatus.
Estos datos sugieren que la microbiota urogenital femenina está interconectada.
El Dr. Forster y su equipo afirman que el descubrimiento del microbioma sugiere que las IU, causadas por bacterias que entran en la uretra, pueden verse afectadas por el equilibrio existente entre bacterias «buenas» y «malas» en la vejiga.
El estudio concluye sugiriendo la importancia de desarrollar nuevas estrategias dirigidas a preservar las bacterias buenas beneficiando de su acción protectora en lugar de eliminarlas junto con las bacterias patógenas. La siguiente fase de la investigación, según el dr. Forster, es examinar los diferentes tipos de bacterias en la vejiga más de cerca y estudiar cómo pueden ayudar u obstaculizar nuestras defensas inmunológicas.
Sabemos que la vagina es el hogar de un ecosistema variado de microorganismos que juegan un papel clave en el mantenimiento del estado de salud. Creo que el descubrimiento del «microbioma vesical» ayudará a los científicos a comprender mejor por qué algunas personas son más sensibles a las infecciones del tracto urinario (en particular a las infecciones recurrentes) y quizás podrían proporcionar nuevos enfoques terapéuticos.
Actualmente, es una práctica común tratar las infecciones del tracto urinario con un tratamiento de antibióticos, que esencialmente elimina todas las bacterias.
Entonces, la pregunta que nos hemos estado preguntando durante mucho tiempo, es deicr, «¿los antibióticos que se usan para matar las bacterias – malas – en pacientes con ITU, pueden alterar el equilibrio de las bacterias – buenas – que tienen un efecto protector?» tiene ahora una respuesta afirmativa.
Iain Duggin, un microbiólogo de la Universidad de Tecnología de Sydney, que no participó en el estudio, dijo que este estudio podría ser de gran ayuda para encontrar nuevos tratamientos para las infecciones del tracto urinario que de otro modo serían intratables debido al aumento de la resistencia a los antibióticos.
Sabemos que la resistencia a los antibióticos está aumentando drásticamente en todo el mundo y que las infecciones del tracto urinario son una de las infecciones más comunes a nivel mundial.
Por lo tanto, existe una necesidad real de investigar nuevas opciones terapéuticas en casos de ITU y cualquier otra infección causada por bacterias.
El uso de antibióticos no debe prohibirse. Su uso debería limitarse a casos específicos y particulares, incentivandos enfoques alternativos más seguros y efectivos.
La idea de que la vejiga humana (y por lo tanto la orina) fuese estéril se ha convertido en un nuevo mito para desenmascarar en campo médico.