La intención de mi testimonio es compartir un consejo que me ha ayudado enormemente en mi camino. Pero antes sería útil escribir una breve introducción para entender mejor dónde comenzó mi largo recorrido de investigación.
En octubre de 2020 llevaba ya mucho tiempo con poliuria y neuropatía uretral cuando tuve una cistitis hemorrágica que provocó la aparición de un dolor urinario y vesical nunca antes experimentado. Luego de un tratamiento, las bacterias dijeron adiós… pero el dolor se quedó.
A partir de ese momento, comenzó mi calvario. Consulté a varios especialistas (urólogos, ginecólogos y neurólogos), pero nadie pudo ayudarme.
Frente a mí sólo podía ver una pared hasta que descubrí los productos Deakos. A partir de que empecé a usarlos noté un alivio inmediato de mis síntomas pero también sentía que algo estaba impidiendo que los productos fueran 100% efectivos. Al no contar con el apoyo de los médicos estaba completamente perdida pero aún así seguí investigando. Cuando lo comenté con el equipo de Deakos (gracias nuevamente a ellos por la ayuda que me dieron), me explicaron que la neuropatía es un problema multifactorial y fue entonces cuando pensé en la alimentación y a su impacto en el dolor.
¿Recuerdas la cistitis hemorrágica que me afectó en octubre de 2020? Pues bien, justo después de ese episodio había empezado a evitar los alimentos ácidos, a comer muchas verduras y alimentos muy alcalinos… Pero, ¿iba por el buen camino? Buscando en foros ingleses, me encontré con el término «oxalato», ¡y fue entonces cuando me di cuenta de que lo estaba haciendo todo mal!
Sí, lo sé, seguramente os estaréis preguntando de qué estoy hablando…
El oxalato es un cristal de calcio responsable de la mayoría de los cálculos renales. Aunque el 90% de los oxalatos son producidos por nuestro cuerpo, se recomienda limitar el consumo de alimentos ricos en ellos. Fue así que empecé a seguir una dieta baja en oxalatos como hacen las personas que sufren de cálculos. Después de dos días aunque no lo crean… se acabó el dolor al orinar. Las sensaciones de la cuchilla de afeitar y la inflamación habían desaparecido.
Os aconsejo encarecidamente probar consultando esta lista de alimentos y recordar que estas medidas deben ir imperativamente acompañadas de una buena hidratación (al menos 1 litro y medio al día).
Entre los alimentos ricos en oxalatos encontramos: las zanahorias, el té negro, la remolacha, los puerros, los tomates, las patatas y muchos otros más. Alimentos que a priori son buenos para nosotros pero no cuando somos sensibles a los oxalatos.
No es fácil volver a hablar de mi historia teniendo en cuenta el impacto negativo que este episodio tuvo en mí; el dolor no fue sólo físico sino también psicológico. Pero quería contaros esto con la esperanza de que si estáis en una situación como en la que estaba yo, podáis beneficiar de mi experiencia.
¡Buena suerte con vuestra recuperación!