Ofrecemos hoy este resumen comentado de un trabajo científico publicado en Journal of the Science of Food, en el que los autores Cristina Taboada, Rosendo Millán e Isabel Miguez, a quienes reconocemos el crédito intelectual completo, evalúan cuidadosamente la composición, los aspectos nutricionales y el efecto sobre los parámetros séricos del alga marina Ulva rigida.
A la luz del aumento en el uso de algas en la dieta occidental, y teniendo en cuenta la considerable variedad de algas comestibles propuestas en el mercado hoy en día, el estudio realizado por los autores fue concebido para determinar las calidades de la alga Ulva rigida desde un punto de vista biológico y nutricional para considerar su uso real y efectivo como complemento alimenticio. Este estudio también se formuló y se llevó a cabo in vivo para evaluar los efectos de la inclusión de algas Ulva Rigida en la dieta, durante un período de 4 semanas y en un modelo animal que consta de 10 ratas de laboratorio, con un enfoque en los parámetros séricos, en particular en la fracción lipídica (colesterol total y conjugado con proteínas de alta y baja densidad, HDL y LDL).
Los principales resultados analíticos han permitido observar que Ulva rigida es rica en proteínas, carbohidratos, fibras, vitaminas y minerales y tiene un bajo contenido de lípidos. El análisis de la composición de aminoácidos reveló proteínas de buena calidad. En particular, la cantidad de proteína de la alga Ulva rigida fue de 17.8%, el contenido de grasa de 9%, la mayoría de los cuales consistía en preciosos ácidos grasos insaturados, de los cuales 22.6% monoinsaturados y 35,3% poliinsaturados. Finalmente, los carbohidratos en las fibras comprendieron un 11,9% y un 42,6% de polisacáridos solubles. El análisis de Ulva rigida permitió observar niveles significativos de arginina, un importante precursor del óxido nítrico, un vasodilatador importante con propiedades antiaterogénicas.
El análisis de los componentes minerales de Ulva rigida reveló contenidos equilibrados de sodio y potasio respectivamente: 1.59% y 1.56%, resultado muy interesante desde el punto de vista nutricional, ya que las dietas con una alta proporción de Na/K se correlacionaron con una alta incidencia de hipertensión. La concentración de magnesio fue de 2.094%, mientras que la de hierro de 0.28%, entre las más relevantes presentes en algas comestibles, consideradas ya excelentes ayudas nutricionales para la integración de hierro. Los autores también evaluaron el contenido de yodo, que era del 0,0008%, un valor absolutamente bien tolerado, que no se considera peligroso para la sobreestimulación de la tiroides en sujetos sanos.
La alga Ulva rigida resultó ser un buen suplemento de vitamina A, vitaminas del complejo B, C, E y ácido fólico. In vivo, la suplementación de un 10% de alga Ulva rigida en la dieta fisiológica mostró una disminución significativa, después de 4 semanas de ingesta, del colesterol LDL (complejado con proteínas de baja densidad) del 30 por ciento. En vista de estos resultados, los autores concluyeron que en combinación con una dieta saludable, la ingesta diaria de alga Ulva rigida puede ser útil para cumplir con las dosis diarias recomendadas de vitaminas.
Además, puede ser una excelente fuente de minerales, que compensa el bajo contenido presente en muchos alimentos industriales o para el cultivo intensivo. Finalmente, la gran cantidad de polisacáridos y fibras contenidas, con bajo poder de fermentación, que no son digeridos por nuestros intestinos, puede tener un efecto positivo en varios aspectos relacionados con la salud y probablemente tenga un efecto positivo en la reducción de la glucemia en la sangre. Por lo tanto, una integración con Ulva rígida podría representar una excelente estrategia de apoyo como suplemento mineral y vitamínico, y en la reducción del colesterol «malo», un paso fundamental en la mejora del perfil lipídico del sujeto en cuestión.
Para más información, qui teneis el trabajo original:
Composition, nutritional aspects and effect on serum parameters of marine algae Ulva rigida.J Sci Food Agric. 2010 Feb;90(3):445-9, di Taboada C, Millán R, Míguez I.