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Estreñimiento y cistitis

Cistitis y estreñimiento

Este artículo surge de una pregunta que nos hacen frecuentemente:

¿puede el estreñimiento ser una posible causa de cistitis recurrente y síndrome de la vejiga hiperactiva?

La respuesta abre un gran capítulo sobre la relación entre el intestino y la cistitis. La respuesta es sí, el estreñimiento es un factor de riesgo de cistitis bacteriana y abacteriana por varios motivos que analizaremos a continuación.

1. la estasis de materia fecal en la última parte del intestino (colon) induce diversos efectos que favorecen la cistitis:

  • modificación de la microbiota en favor del crecimiento de bacterias potencialmente uropatógenas (como E. coli) que, volviéndose dominantes, colonizan más fácilmente el periné para ascender posteriormente al tracto urinario
  • esta disbiosis también provoca la alteración (negativa) del sistema inmunológico, con la consiguiente mayor sensibilidad a las infecciones, en particular las del tracto urinario y genital
  • un aumento del volumen fecal localizado en el colon (relacionado con la acumulación de materia fecal) provoca una distensión de las paredes y la consiguiente mayor inflamación pélvica (con posible dolor asociado)

2. cuando el estreñimiento se vuelve crónico se pueden desencadenar diversos procesos inflamatorios ya que:

  • la mucosa intestinal sufre repetidas agresiones e irritaciones, lo que provoca inflamación de la pared
  • la respuesta inflamatoria induce una alteración de las uniones estrechas intracelulares, lo que a su vez provoca hiperpermeabilidad intestinal (pérdida de la capacidad de filtración de la pared intestinal)

3. la hiperpermeabilidad intestinal permite el paso de sustancias tóxicas desde la luz intestinal hacia el interior (sustrato mucoso, sangre y órganos cercanos):

  • las bacterias de la microbiota intestinal pueden migrar a la vejiga
  • las ‘toxinas’ (producidas por la digestión o el metabolismo) que deben eliminarse por las heces inducen una respuesta inflamatoria local (a menudo de tipo alérgico), pero también sistémica (se observan manifestaciones dermatológicas, respiratorias o nerviosas)

En tal contexto, la cistitis suele ser la manifestación visible de un problema mucho más complejo que existe aguas arriba.

Por tanto, una estrategia coherente y decisiva no debería centrarse sólo en el tracto urinario y en la prevención de la llegada de bacterias a la vejiga sino también en la cadena de acontecimientos que permiten la colonización, las infecciones y la inflamación.

En particular, las medidas a implementar son:

  1. regularizar el transito
  2. restaurar la eubiosis (equilibrio) de la microbiota
  3. apoyar la ‘reparación’ de la pared intestinal
  4. bloquear las diversas respuestas inflamatorias
  5. reducir la respuesta alérgica y sus manifestaciones
  6. Interrumpir y eliminar los biofilms patógenos que sustentan las infecciones recurrentes de la vejiga
  7. desactivar cualquier otro factor de riesgo identificado

Naturalmente, en tal situación, la nutrición también tendrá un papel central, pero no debe ser la única solución. Un enfoque natural de 360° debe ser gradual y progresivo, construido en torno a nuevos buenos hábitos diarios y con suplementos elegidos para optimizar el logro de los objetivos anteriores.

Te agradecemos tu lectura y recuerda que es fundamental distinguir siempre un caso de otro: cada caso es único.

Para asesoramiento personalizado, escribenos a: contacto@deakos.com

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