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Endometriosis vesical y cistitis

Endometriosis vesical y cistitis

Este artículo surgió de una pregunta planteada en nuestro grupo de apoyo:

 “Hola, me puedes contar más sobre los síntomas de la cistitis sin infección. Me explico. He leído los varios archivos. Sin embargo, después de dos grandes primeras cistitis, se descubrió que tenía endometriosis en el peritoneo que conecta el útero con la vejiga con una resonancia magnética. El urólogo me dijo que mi cistitis había sido consecuencia de la endometriosis y que mi vejiga necesitaba 3 meses para recuperarse. Estaba mejor excepto que con la ovulación, tengo todos los síntomas de cistitis con ECBU negativo y se piensa que la endometriosis me está inflamando la vejiga. El lunes me dirán si me van a operar. Me gustaría agregar que tengo 40 años y que nunca antes había tenido cistitis. ¿Has tenido casos similares al mío? Tenía una nueva pareja y me preguntaba si no era por él. En resumen, todo está borroso y me cuesta ver las cosas con claridad, pero estas ganas frecuentes de orinar son agotadoras sabiendo que mi trabajo no me permite ir al baño cada 5 minutos”.

 La inflamación endometriósica como única culpable

La situación descrita anteriormente es, por tanto, un problema inflamatorio ya que son las lesiones endometriósicas las que, bajo el efecto estimulante de los estrógenos en determinados momentos clave del ciclo menstrual (ovulación y menstruación), inducen procesos proinflamatorios directamente en la pared vesical (debido a su ubicación).

Las molestias postcoitales y los aumentos sintomáticos son un corolario de este contexto inflamatorio. De hecho, durante el coito con penetración, el pene de la pareja provoca una fricción en la pared vaginal que, dependiendo de la posición, «rozará» ligeramente la pared de la vejiga. En una situación fisiológica, esto no tiene ninguna consecuencia, pero si el urotelio ya está inflamado, estas tensiones mecánicas reavivan la agresión y “reactivan” los síntomas.

 

Endometriosis en la vejiga y cistitis

Como actuar

En un caso como este tenemos muchas opciones disponibles para aliviar y reducir significativamente los síntomas:

Desde un punto de vista médico

Más allá de la intervención que tendría como objetivo la extirpación de las lesiones (pero no exenta de riesgos dada su localización), el ginecólogo podría proponer una terapia hormonal con progesterona (píldora) para bloquear el ciclo menstrual que, evitando las variaciones hormonales (principalmente estrogénicas), debería contribuir a «aplanar» los picos inflamatorios.

Sobre este punto, al tratarse de un abordaje médico, es recomendable comentarlo con un especialista.

Desde el punto de vista de un enfoque natural alternativo

Siendo los procesos inflamatorios los primeros responsables de los síntomas, es necesario considerar la situación como un incendio (esta metáfora es muy ilustrativa). Si la vejiga es la “casa”, la inflamación “el fuego” y los estímulos proinflamatorios las “llamas que alimentan el fuego”, es fácil entender que para apagar el fuego hay que actuar sobre 3 ejes:

  1. apagar las llamas que alimentan el fuego = medidas que limiten la irritación provocada por el urotelio
  2. regar el fuego para apagarlo = bloquear y revertir los procesos inflamatorios
  3. reconstruir las paredes dañadas de la casa = apoyar la restauración del urotelio

Qué hacer

Desde un punto de vista práctico, estos objetivos pueden traducirse de la siguiente manera:

-> dieta antiinflamatoria combinada con suplementos antioxidantes*

*Aquí llamamos especialmente la atención sobre el gran interés de la N-acetilcisteína en la reducción del volumen de las lesiones endometriósicas.

-> bloquear los diferentes procesos que apoyan la respuesta inflamatoria con una combinación de Quercetina, PEA y Ácido alfa-lipoico

-> proporcionar al organismo la materia prima para reconstituir la pared de la vejiga = Glicosaminoglicanos

-> por último, para luchar contra la reactivación de los síntomas tras el coito, el uso de un lubricante y una dosis adicional de antiinflamatorio natural postcoital son dos medidas sin duda útiles

Para ser completos en la información proporcionada aquí, dejamos a continuación un ejemplo de régimen de dosificación adecuado en una situación similar: endometriosis infiltrante de la vejiga + cistitis abacteriana recurrente (con hematuria) en particular postcoital.

– N-acetilcisteína = 1800mg/día; 3 días a la semana durante 6 semanas

– Nonidea: 2 comprimidos al día, lejos de las comidas (a aumentar a 3 comprimidos los días siguientes a la penetración)

– Alaquer: 1 comprimido, 2 veces al día con las comidas, a días alternos (alternando con Cistiquer

– Cistiquer: 1 comprimido, 2 veces al día con las comidas, a días alternos (alternando con Alaquer)

– Pealen: 3 comprimidos al día

– Ausilium Crema: aplicación antes y después del coito

 

 

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