Me llamo Stéfania y tengo 29 años. Tuve mi primera cistitis cuando tenía 17 años. No conocía esta «enfermedad» ni tampoco había sentido ese tipo de síntomas antes. Fue mi madre quien me explicó de qué se trataba y quien me llevó al médico para que me recetara mi primer antibiótico contra la infeción urinaria.
No recuerdo haber vuelto a estar sin cistitis después de este episodio y casi olvidé cómo era (solía tener 1 al año más o menos). Cuando cambié de pareja comenzó el infierno. Me di cuenta de que mi IU se activaba después de cada relación sexual y siempre dos o tres días después.
Fui a ver a mi médico que nuevamente me recetó ECBU y antibióticos. También me dijo que si la causa era siempre el sexo (sin protección) quizás no éramos fisiológicamente compatibles y deberíamos tratar de usar condones.
Más allá de los dolores insoportables, lo que era frustrante fueron las pocas opciones disponibles para mí en tiempos de crisis: beber agua y tomar antibióticos. Sin mencionar que cuando sucedía de noche (casi siempre) estaba indefensa y no podía dormir. Recuerdo que después de pasar una noche de insomnio en el baño, escuché a las enfermeras decir que para que los resultados del ECBU fueran buenos, hay que aguantar la orina durante un mínimo de 2 horas usando la «primera orina de la mañana». Sabiendo que bebía mucho durante la noche y que iba al baño cada 30 minutos, todo esto para mí era una estupidez.
Confieso que no siempre me hicieron un ECBU y que a veces pasé directamente a la caja de antibióticos porque tenía siempre el mismo resultado (E.coli).
Después de tantos nervios, cansancio y desesperación, comencé a protegerme durante las relaciones con el preservativo y pareció que había encontrado la solución (de hecho lo intenté una vez sin y tuve una nueva crisis). Durante un año volví a estar tranquila.
EE.UU
Después de todos estos períodos de crisis y tanto dolor, cada vez que hacía un viaje largo le pedía a mi médico que me recetara Mon*** por adelantado (nunca se sabe). Estuve 6 meses en los Estados Unidos para estudiar y el miedo de volver a tener una IU no me dejaba vivir. Todos sabemos que cuando estás en un país extranjero (además Estados Unidos), todo es más complicado en términos de salud. Tenía 3 Mon*** conmigo. No tuve ninguna crisis y sospeché que la razón también era porque no tenía relaciones lo que también confirmaba que la causa siempre provenía de allí. Después de eso tuve tal vez uno o dos ataques en 2 años y estaba bien.
Lisboa
Me mudé a Lisboa. Aunque no tubiera crisis recurrentes, tomé precauciones y me llevé 1 Mon***. 3 semanas después tuve mi primera crisis.
Como de costumbre en cada UI, traté de encontrar apoyo y soluciones milagrosas en internet mientras estaba sentada en el inodoro (ya me conozco todos los consejos de prevención de memoria y los aplico, por supuesto: limpiarse correctamente, orinar después del coito, no usar ropa ajustada, usar ropa interior de algodón, etc.).
Solo que esta vez iba a vivir 8 meses de pesadilla. Tuve una crisis cada 3 semanas durante 8 meses. El ciclo era siempre el mismo: relación > 3 días > IU > antibiótico > 2 semanas de tranquilidad > relación > IU.
Esta era mi nueva rutina. Además de la fatiga psicológica, esto me limitaba mucho en mi trabajo porque perdía al menos 2 o 3 días al mes por eso. Además, los antibióticos a menudo me causaban micosis, a veces incluso tomando probióticos, por lo que mi vida no era lo que podemos definir agradable.
Compré tampones probióticos que tenían que regular mi flora vaginal durante la regla ya que era más sensibles pero no me ayudaron mucho. Obviamente hice algunas curas con arándano que tampoco funcionaron. También hice pruebas regulares de ETS así que sabía que no había nada malo.
Mis primeras victorias
Cuando finalmente conseguí un mutuo, tomé una cita con un urólogo por primera vez.
Me hizo muchas preguntas sobre los antibióticos que había tomado, sobre mi tránsito intestinal (me pareció muy extraño), etc. Había tenido siempre problemas de estreñimiento y la IU es una enfermedad recurrente en mi familia. Me dijo que al principio teníamos que lidiar con esto. Realmente no entendí por qué, era la primera vez que me informaban sobre los efectos de la acidez de la orina. Me dijo que siguiera una dieta de prueba durante 1 mes: nada de salsas, picante, alimentos ácidos como café, naranjas, alcohol, aceitunas y chocolate. Me mandó hacer rayos de riñones y vejiga para controlarlo todo y me dijo que no tomara antibióticos sino beber, beber y beber si tenía una crisis.
Así que seguí su consejo con el temor de enfrentarme a una crisis sin antibióticos.
Un mes después volví a verlo con renovada esperanza: ¡no había tenido alguna crisis! Los rayos estaban bien. Él me dijo que continuara así y que regresara en caso de crisis.
Durante 2 meses tuve un tránsito bastante perturbado porque, además de cambiar mi dieta, me recetó un tratamiento laxante muy leve que detuve después de un mes. Seguí esta dieta durante 2 meses al pie de la letra y luego cada vez menos. Lo único que me prohibí totalmente fueron las aceitunas y el café.
No volví a tener crisis durante 8 meses incluso teniendo relaciones sexuales. ¡Me dejé tentar por las aceitunas una vez y tuve una crisis. ¿Coincidencia? Tal vez o una combinación de pequeñas cosas pero ya no las como.
Después de esta IU (tratada con antibióticos) estuve más o menos bien durante más de un año (algunas molestias o quemaduras a veces pero bebiendo mucha agua, se solucionaba todo).
El comienzo de mi dieta alcalina
Cambié de pareja y estaba bastante segura de que habría vuelto a suceder. ¡Tenía razón! Tomé antibióticos durante 5 días y 1 semana después otra vez… me di cuenta de que esto realmente no era una solución. Sufrí mucho también mentalmente porque ya no sabía qué hacer. Bebí litros de agua y esto me ayudó a limitar los síntomas, espaciar las crisis, tener una vida social pero nunca me sané.
Me acordé de la dieta del urólogo que había visto hace 2 años y la investigué en línea. Me compré un libro que explicaba todo sobre la dieta alcalina. Se trataba de eliminar la acidez que el cuerpo produce para restaurar un buen funcionamiento intestinal y purificar los riñones en particular.
Entendí la importancia de masticar adecuadamente los alimentos para que nuestra saliva comience el trabajo de facilitar el proceso digestivo. La clasificación de alimentos y el equilibrio nutricional siempre me han desanimado, pero esa vez me informé más. Tenía sentido y era bastante simple.
Pude encontrar listas en internet de alimentos ácidos o básicos, las guardé y me ayudaron todos los días: las verduras, especialmente las verdes, son más o menos alcalinas. La fruta, excepto los cítricos (¡el limón, por otro lado, es nuestro mejor amigo!), es alcalina pero es mejor comerla madura. Las semillas, las nueces y la fruta seca son alcalinas: las proteínas animales como carne, pescado, mariscos,etc. son ácidas. El alcohol, el café son ácidos. Los azúcares industriales, la harina blanca y los lácteos también son ácidos juntos con el chocolate.
A partir de ahí, debemos tener en cuenta que todo es una cuestión de equilibrio: ⅓ del plato puede ser ácido. Podemos aplicar esta regla a un día, por ejemplo, para permitirnos algun descuido siempre que por la mayor parte del tiempo siga siendo alcalina. Se recomienda seguir esta dieta durante 2 semanas estrictas para purificar el sistema.
Cuando compré el libro, inmediatamente cambié mis hábitos y eliminé casi todos los alimentos ácidos de mis comidas: nada de carne, embutidos, leche animal, quesos, 1 o 2 veces a la semana pescado, nada de dulces refinados, salsas industriales y alcohol.
No digo que fuera simple: mantener una vida social, no saber que pedir al restaurante, quedar para tomar una copa después del trabajo con los colegas.
Todavía estaba decidida a encontrar una solución para estas malditas IUs y tener una vida sexual normal con mi amor.
La dieta por sí sola no tiene suficiente poder contra las bacterias bien instaladas y resistentes así que continué mi investigación en internet y leí algunos artículos sobre la D-Manosa. Ya había oído hablar de ella en mi búsquedas pero era imposible de encontrar en las tiendas orgánicas en Portugal. Pensé que era lo único que no había probado y creí que tal vez era mi última esperanza.
Así es como encontré el blog y el grupo de Facebook y comencé a leer todos los artículos y testimonios hasta las 3 de la mañana. Muchos describían una situación muy parecida a la mía y me ayudaron a aprender a distinguir los diferentes tipos de IU.
Me puse en contacto con DEAKOS directamente en Messenger al tener miedo de que no entregaran a Portugal (¡es realmente conveniente y estoy agradecida de que ofrecieran esta oportunidad!). Estoy un poco molesta con el precio de los productos y los gastos de envío que están muy por encima de mis posibilidades pero a grandes males grandes remedios…
Así que combiné mi tratamiento con mi dieta (la verdad es que requiere mucho esfuerzo diario).
Mi día clásico era:
Despertar – sobre de D-Manosa + Ausilium NAC + probiótico Femelle- esperar 1 hora para el desayuno (y pipí) – muesli y leche de almendras a veces fruta también.
A veces lo hacía de otra manera, 1 sobre de D-Manosa 1 hora antes del almuerzo, de lo contrario 2 horas después (hay que esperar 1 hora para hacer pipí). Almuerzo principalmente con verduras cocidas y arroz.
Medición de pH utilizando una tira reactiva de orina.
Por la noche 1 sobre de D-Manosa +Ausilium NAC + probiótico Femelle 1 hora antes o 2 horas después de la cena, nunca verduras crudas por la noche. Té de limón y jengibre fresco.
Durante todo el día bebía alrededor de 2 litros de agua a veces con limón.
Cuando no tenía síntomas y podía tener relaciones sexuales, iba a orinar, me lavaba con un jabón de pH neutro y aplicaba Ausilium crema + D-mannoro.
Lo apuntaba todo en un cuaderno para hacer el seguimiento: los horarios de las comidas, el pH diario, los días de relaciones sexuales, etc.
No ocurrió ningun milagro: una noche tuve otra crisis que logré calmar con más agua y D-Mannoro pero después de eso y hasta ahora no he vuelto a tener ninguna crisis!
Lo revisé después de un mes y la tira urinaria que detecta la IU no mostró ningún rastro, lo que significa que el tratamiento realmente funcionó y no me alivió solamente.
Volví a reintroducir algun alimento prohibido pero sin abusar de ello. Tomaba un vaso de agua con bicarbonato por la noche si me dejaba llevar un poco para mantener un pH más neutro (para información durante mis 15 días nunca he logrado alcanzar 7 en el nivel de pH urinario, pasé de 5.5 a 6.75).
Durante 1 mes tomé durante Ausilium Forte (3 g al día) y usé Ausilium crema y D-mannoro.
Mi balance
El balance de los últimos dos meses es positivo: estoy feliz de no sufrir más debido a estos terribles síntomas, aliviada de tener una solución a mi alcance si sucede de nuevo y orgullosa de haber tenido éxito sin perder nunca la esperanza.
Me siento mucho mejor con esta dieta y tengo la intención de mantenerla cuanto más pueda: ya no tengo la impresión de privarme de algo, simplemente no tengo los mismos deseos, todo es cuestión de costumbre y mi cuerpo reacciona mal ahora cuando abuso de azúcar o grasas. Perdí 4 kilos en 2 meses, no era el objetivo, pero también estoy feliz porque lo necesitaba. Ya no tengo problemas de estreñimiento con todas las verduras y fibra que como. También cambié mis hábitos en el período menstrual, ya no uso tampones e incluso trato de experimentar las bragas menstruales.
¡Obviamente agradezco mucho la ayuda de este blog que abrió mi camino y me ayudó a restaurar mi salud!