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En esta entrada, no encontrarás ninguna explicación científica, ningún mecanismo de acción de la D-Manosa y ninguna referencia a la literatura científica. Se trata simplemente del testimonio de una victoria, fruto del trabajo en equipo y de una gran constancia individual que permitió salir del círculo vicioso. En este artículo destaca la benevolencia del apoyo que ofrecemos todos los días y de la pasión que ponemos en nuestro trabajo. Se podrá leer nuestro agradecimiento a todos los médicos que son flexibles y atentos, felices de progresar en sus prácticas y en sus enfoques para el bienestar de sus pacientes.

El testimonio de Christelle: ¡el final del túnel!

En esta entrada, no encontrarás ninguna explicación científica, ningún mecanismo de acción de la D-Manosa y ninguna referencia a la literatura científica.

Se trata simplemente del testimonio de una victoria, fruto del trabajo en equipo y de una gran constancia individual que permitió salir del círculo vicioso.

En este artículo destaca la benevolencia del apoyo que ofrecemos todos los días y de la pasión que ponemos en nuestro trabajo.

Se podrá leer nuestro agradecimiento a todos los médicos que son flexibles y atentos, felices de progresar en sus prácticas y en sus enfoques para el bienestar de sus pacientes.

En este texto se percibirá la alegría de Christelle que nos demuestra una vez más que nunca debemos perder la confianza y que nunca debemos rendirnos al primer obstáculo sino seguir explorando nuevos caminos además de los ya recorridos.

Hola!

Vengo a compartir con vosotr@s mi feedback hiperpositivo después de una cita con un urólogo muy atento, concienzudo y benévolo. ¡No solo conoce la D-Manosa y apoya este enfoque sino que también conoce los productos Deakos!

Un breve resumen de mi experiencia para empezar.

He sido propensa a la cistitis desde que comenzó mi actividad sexual. Tenía una media de 4 al año (post coitales). Desde que descubrí la D-Manosa a finales de 2018 solo he tenido 3, la última de ellas en noviembre pasado. Mis crisis siempre han sido bacterianas y se trataron bastante bien con antibióticos lo que me permitió recuperar las sensaciones normales de vejiga y uretra.

¡Salvo que la del noviembre pasado fue la gota que colmó el vaso! Una gran crisis con un dolor más fuerte de lo conocido hasta entonces. El ECBU indicó E.coli y mi médico me recetó M***** y luego 1 semana de S**** porque los síntomas aún estaban presentes.

Siguió una micosis que traté con antifúngicos locales y, a final de noviembre, el ECBU, indicaba un Enterococo. Pedí Ausilium NAC y aumenté la ingesta de D-Manosa y 1 semana después: ¡victoria!

¡El ECBU era completamente estéril sin leucocitos ni hematíes! En diciembre seguía con dolores sordos con momentos de dolor agudo. El dolor se localizaba más en la uretra, pero a veces también en la vejiga. Sentía una pesadez, una incomodidad general en esta zona que es difícil de definir. No tenía dolor al orinar sino después…

Orinaba normalmente 5/6 veces al día y nunca por la noche. Ansiosa por naturaleza empezaba a pensar lo peor y estaba completamente deprimida. Mi pareja me apoyaba pero me sentía completamente sola frente a este nuevo problema.

Repetí los análisis que salieron todos “perfectos”, búsqueda de Mycoplasmas negativa, eco renal, vesical y pélvico OK, (sin residuo postmiccional). Todos los urólogos me liquidaban en diez minutos diciendome que seguramente se trataba de una inflamación y que iba a solucionarse sola (¿inflamación sin leucocitos?). Al mismo tiempo, empecé a tomar Cistiquer, Ausilium 20 PLUS y a usar Ausilium Lavanda.

En enero tuve una gran depresión y varios días de descanso porque era difícil trabajar en esas condiciones. Mi médico me recetó un antidepresivo (Paro…*) en dosis bajas y un ansiolítico y volví al trabajo a principios de febrero. Mi situación mejoró poco a poco pero aún no del todo. Fui a ver a diferentes profesionales (osteópatas, matronas – no tengo  hipertonía pélvica – kinesiólogos, etc.) que me ayudaron pero la mejoría nunca duraba mucho y mi vida sexual se reducía a relaciones sin penetración por temor a que se amplificaran los dolores…

Me puse de nuevo en contacto con Deakos para analizar la situación más claramente y me mencionaron un dolor de tipo neuropático después del episodio agudo. Así que cambié Cistiquer por Alaquer y pedí otra cita con un urólogo (soy enfermera en Rennes).

Seguí con la D-Manosa (Ausilium Forte) diariamente y apoyé mi flora con probióticos (desde noviembre de 2021).

Y ahí, ¡milagro! ¡El urólogo que conocí es adorable! Muy humano, sensible a los problemas de cistitis recurrente y con conocimiento de SVD.

El testimonio de Christelle

Al contarle mi experiencia confirmó también el aspecto neuropático de mis síntomas. Me explicó que solía encontrar más a menudo este problema de incomodidad después de una IU en los pacientes sin saber realmente por qué. Según él, algunas mujeres tienen 5-10 o 20 años de IU que evolucionan bien mientras que a otras les puede pasar que después de tantos estímulos dolorosos en la zona, “se recuperan mal”.

Me hizo una prueba con un medidor de flujo de orina que dice resultó perfecta. No quiso hacerme una cistoscopia porque estaba convencido de que todo estaba bien y no quería correr el riesgo de reavivar mi dolor. Me sugerío realizar una resonancia magnética pélvica y en caso de que apareciera algo sospechoso, me haría la cistoscopia. Me ofreció también un enfoque no farmacológico que podría ayudarme a controlar mi dolor y me propuso el Urostim2, (electroestimulador neuromuscular del nervio tibial) en alquiler durante 3 meses. Me dijo también que el antidepresivo que estaba tomando es un inhibidor de la recaptación de serotonina y que si mi dolor había mejorado después de la introducción de este tratamiento, ¡era lógico ya que esta molécula ha demostrado su eficacia en los síndromes neurodolorosos de vejiga/uretra!

Hablé con él de D-Manosa y me dijo que conocía este producto    apoyaba este enfoque al 100% y que la comunidad urológica francesa no está realmente actualizada sobre el tema. Me preguntó sobre los productos que tomaba para poder hablar con sus futuros pacientes sobre ellos. Luego le hablé de Deakos y me dijo que conocía este laboratorio (no me lo podía creer). También hablé con él sobre la hipótesis de los biofilms vesicales y del uso de Ausilium NAC y también apoyaba esta teoría.

Además, me explicó que desde hace unos meses se está revisando la situación en torno a la prevención y al tratamiento de la cistitis recurrente tras diez años de inacción en Francia. Me dijo que está luchando contra el M***** que según él “funciona 1 vez cada 2”. También trata de cambiar la mentalidad de sus colegas para evitar la profilaxis antibiótica en los pacientes.

Además de las clásicas medidas de higiene, me recuerdó la importancia de variar el agua a diario y recomendó (sin abusar) tomar un zumo de cítricos exprimido por la mañana por el contenido en citratos que tiene. Me dijo que la hidratación es importante, no para diluir el organismo, sino para obligarnos a orinar más seguido, ¡porque el estancamiento de la orina favorece la proliferación de las bacterias en la vejiga! ¡Recomienda orinar cada 3-4 horas como máximo!

Le agradecí mil veces su amabilidad y su trato y me estuve acordando mucho de vosotr@s durante esta cita. ¡Estoy tan aliviada de saber finalmente la causa de mi sufrimiento! ¡¡¡Tan aliviada que no he vuelto a tener más dolor desde esa cita!!!

Me sentí escuchada, comprendida por un médico que estaba realmente interesado en este problema y abierto a otros enfoques, en particular al abordaje con D-Manosa que, según él, ¡realmente demostró su valía!

¡Me sentí tan feliz y tan ligera después de esta cita que habría llorado de alegría!

¡Ya me estoy adelantando al darles el nombre de este urólogo que trabaja en el Hospital Universitario de Rennes, el Dr. Benoît Peyronnet!

¡Mucho ánimo, el final del túnel no queda lejos!

 

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