La ducha vaginal correctamente practicada, con ingredientes y materiales adecuados, puede ser una aliada de la flora vaginal además de una solución válida y eficaz en caso de cistitis.
Partiendo de lo básico, ¿qué es una ducha vaginal?
Se trata de un ‘lavado vaginal’ con un preparado especialmente formulado, en forma de líquido que se aplica en la vagina mediante una simple cánula para eliminar residuos, impurezas y posibles gérmenes patógenos (como bacterias o levaduras). Si la formulación es completa, una buena ducha vaginal, además de garantizar una higiene profunda y eficaz, puede calmar la inflamación, el picor, el ardor e incluso repoblar la flora fisiológica.
Es importante recordar que se debe evitar el simple uso de agua del grifo y jabón porque eliminaría parte de la flora «buena» que se encuentra en la vagina para garantizar la defensa contra las agresiones externas: se correría el riesgo de alimentar o incluso desarrollar infecciones bacterianas o fúngicas (precisamente lo que se desea combatir).
¿Cómo se hacen las duchas vaginales?
La ducha vaginal consiste en una botella que contiene el líquido y una cánula extraíble que se introduce en la vagina (no demasiado profundamente). Una vez introducida la cánula en la vagina, bastará con apretar poco a poco el envase para permitir que salga el líquido. El líquido no debe salir por la parte superior (para evitar un chorro demasiado directo y fuerte) sino por los agujeros situados en los lados superiores de la cánula.
Características de las duchas vaginales
Lo ideal es optar por duchas vaginales listas para usar para no tener que abrir la botella antes de usarlas y así evitar cualquier contacto con agentes externos y desechables, para evitar tener que reutilizar varias veces la misma cánula (con el riesgo de contraer nuevas infecciones).
La ducha vaginal ideal debe contener:
- probióticos (Lactobacilli) para apoyar la flora vaginal
- uno o más principios activos antiinflamatorios y calmantes
- un principio activo reepitelizante para restaurar la integridad de las mucosas (incluso después de las microlesiones)
- N-acetilcisteína para disgregar cualquier biofilm bacteriano
- D-Manosa para combatir las bacterias patógenas liberadas por el biofilm durante su disgregación
- Lactoferrina para eliminar los nutrientes de las levaduras
Una buena ducha vaginal tampoco debe contener: alcohol, mentol, clorhexedina, PEG, petrolatos, siliconas, perfumes sintéticos.
Los componentes de plástico (botella, cánula y cápsula) deben estar elaborados con materias primas certificadas y deben estar libres de: ftalatos, bisfenoles, metales pesados, colorantes, pigmentos de diarilo, látex, sustancias de origen animal.
Por eso Ausilium Lavanda, con su formulación y extrema atención a cada componente, es la solución más eficaz y segura para la higiene y la salud íntima. Más información en este otro artículo.
Cómo utilizar Ausilium Lavanda
Para aumentar el tiempo de permanencia de los ingredientes de Ausilium Lavanda en la vagina y aprovechar la acción beneficiosa de los principios activos, se sugiere utilizar las duchas vaginales tumbadas en la bañera, dejando que el líquido permanezca en contacto con las mucosas vaginales durante unos minutos antes de dejarla escurrir.
Alternativamente, la operación se puede realizar en la cama, con una almohada debajo de las caderas para mantener la pelvis más alta y luego dejar que el líquido se escurra sobre una toalla.
Cabe destacar que incluso aplicando Ausilium Lavanda en otras posiciones – como en el inodoro, en el bidé o en la ducha – el corto tiempo de contacto del líquido es suficiente para que los lactobacilos se adhieran a la mucosa vaginal y ejerzan un efecto de recolonización de la flora fisiológica.
La matrona o el ginecólogo podrán aplicar Ausilium Lavanda a sus pacientes durante la sesión, en posición ginecológica, para facilitar la permanencia del líquido en la vagina.
Cuándo utilizar lavanda Ausilium
Para utilizar las duchas vaginales contra las infecciones vaginales (bacterianas o fúngicas) o para prevenir infecciones de la vejiga (cistitis bacteriana por ascenso), se recomienda utilizarlas cada dos días y antes de las relaciones sexuales (o inmediatamente después).
Precauciones
Es fundamental evitar realizar la ducha vaginal con una cánula inadecuada (por ejemplo demasiado grande) para evitar el riesgo de microlesiones.
Durante el embarazo es mejor utilizar las duchas vaginales sólo después de haber consultado a un médico o a una matrona.
Esperamos que este artículo te haya sido de ayuda, si quieres recibir asesoramiento personalizado escríbenos a: contacto@deakos.com.