Tras las discusiones y preguntas redundantes en nuestro grupo de Facebook, publico aquí un resumen de todos los intercambios de los últimos meses con respecto al papel la dieta en el manejo del Síndrome del intestino irritable – SII – sea cual sea el origen (Candidiasis, SIBO u otra disbiosis).

1) recordemos primero que el SII, independientemente de su etiología inicial, es un Síndrome que se manifiesta con trastornos de digestión y tránsito (> 3 días a la semana desde > 3 meses).

2) todos (¡absolutamente todos!) los pacientes con SII, por lo tanto, combinan “de hecho” 2 problemas:

-> inflamación del tracto digestivo (las áreas en cuestión varían de un sujeto a otro)

-> alteración en la composición y/o ubicación de la microbiota (disbiosis)

3) por lo tanto, estos dos problemas dan lugar a síntomas que pueden aliviarse con la dieta de alimentos adaptados.

-> “aliviar” no significa “tratar” o “sanar”, por lo tanto es fundamental considerar la dieta como una parte integral de una estrategia de manejo por su impacto paliativo en los síntomas y absolutamente no como un “objetivo final”.

-> “dieta adaptada” significa que la composición de la dieta se cambiará para evitar que los alimentos o nutrientes sean desencadenados de síntomas agudos.

Esto, por extensión, significa que el SII obliga al paciente a los cambios en el régimen para cumplir con los requisitos de una microbiota alterada y un intestino inflamado. Por lo tanto, no es una cuestión de “reeducar” la microbiota o el intestino para volver a una funcionalidad óptima sino acompañarles en sus alteraciones para limitar sus manifestaciones y, por lo tanto, preservar la calidad de vida del sujeto (que es el sujeto (definición de cuidados paliativos).

4) hay que tener en cuenta también que este apoyo alimentario dependerá (lógicamente) del tipo de disbiosis e inflamación, su antigüedad, su intensidad, etc. Por lo tanto, el régimen debe ser individualizado y construido “a medida” sobre la base de las particularidades y factores de riesgo.

Esta nota implica que los alimentos, los grupos de alimentos o los nutrientes, “prohibidos” o “autorizados” para algunos, no necesariamente lo estarán para otros.

5) finalmente, y por todas las razones establecidas anteriormente, es fundamental incluir la dieta en el contexto de la atención multidisciplinaria y multifocal.

Dicho simplemente:

-> la dieta se encargará de “estabilizar” los malestares mientras que los otros elementos del enfoque se encargarán de:

– reducir la inflamación

– restaurar el equilibrio de la microbiota

– dominar los factores de riesgo (predisponentes, precipitantes y factores de mantenimiento)

Si solo falta uno de estos componentes, el riesgo de falla de la gestión a corto, mediano o largo plazo es alto. Por lo tanto, el interés principal debe ser ser seguido y acompañado correctamente para cualquier paciente que padezca un SII para lograr un éxito del enfoque.

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