Definición de citólisis
La flora de Döderlein, una flora fisiológicamente presente en el entorno vaginal, es un ecosistema polimicrobiano dominado en gran medida por los lactobacilos. Estas bacterias «buenas» representan aproximadamente el 95% de todas las poblaciones microbianas del entorno vulvovaginal.
Sin embargo, aunque su presencia sea indispensable en una proporción tan elevada, un aumento excesivo de Lactobacilos puede representar una condición patológica comparable a la disbiosis: esta condición se denomina citólisis vaginal o vaginitis de Döderlein.
En primer lugar, conviene precisar las diferentes etiologías de la citólisis:
- predisposición individual
- inmunodeficiencia o enfermedades que afectan al sistema inmunitario (como las enfermedades autoinmunitarias)
- consumo excesivo de suplementos y/o productos sanitarios locales con Lactobacilos*
*a este respecto, conviene recordar que la elección de un complemento probiótico, su posología y su modo de empleo deben adaptarse a cada caso particular.
Esta verdadera «infección» de Lactobacilos de Döderlein provoca una alteración del equilibrio de la flora vaginal; en particular, disminuye excesivamente el pH vaginal. En un estado equilibrado, la cavidad vaginal tiene un pH de aproximadamente 4,5, mientras que en caso de proliferación lactobacilar excesiva, desciende a 3,5.
Síntomas de la citólisis
Al volverse demasiado ácido, el pH de las secreciones vaginales irrita y daña las células mucosas, provocando una serie de signos y síntomas más o menos visibles, como ardor, enrojecimiento, picor, hinchazón de la vulva o los labios y abundante flujo blanco de diversos grados de transparencia.
Por estas razones, a menudo se confunde la citólisis con una micosis y, por tanto, se trata erróneamente con antimicóticos que, lejos de solucionar el problema, empeoran la situación al favorecer el crecimiento de los lactobacilos (ya de por sí excesivo) y la inflamación.
La citólisis se detecta fácilmente con un simple exudado vaginal.
La lectura atenta de los resultados de esta prueba de laboratorio -en particular, la puesta en perspectiva de una bacteriología que no detecta ningún rastro de agentes patógenos pero sí una flora lactobacilar abundante y un pH muy ácido- y la observación de los síntomas de la paciente deberían permitir al médico establecer un diagnóstico relativamente preciso.
También es posible llevar a cabo una primera autoevaluación mediante autodiagnósticos que miden el pH vaginal.
¿Qué hacer en caso de citólisis?
En caso de citólisis, todos los consejos habituales sobre el manejo de la disbiosis vaginal son engañosos. Por el contrario, se trata de hacer exactamente lo contrario de lo que se haría en cualquier otra situación de disbiosis. Por lo tanto, un enfoque adecuado debería centrarse en los siguientes puntos:
Normalizar el pH vaginal
Para contrarrestar la hiperacidificación vaginal, pueden aplicarse duchas vaginales con bicarbonato sódico (1/2 cucharada sopera por 200 ml de agua). Lo ideal es hacerlo en días alternos durante 8-10 días para evitar pasar de un extremo al otro.
También será necesario evitar los productos de uso local (como cremas o pomadas) que contengan ácido láctico o ácido cítrico.
Reducir el crecimiento excesivo de Lactobacilos
La reducción de los lactobacilos será una consecuencia natural del uso del bicarbonato como se ha indicado anteriormente y deberá reforzarse con una abstención estricta de probióticos de cualquier tipo (orales, locales o contenidos en alimentos fermentados como el yogur, el queso o el pan).
Combatir la inflamación y la abrasión de la mucosa
Para ello, es conveniente utilizar principios activos naturales con propiedades antiinflamatorias y/o que favorezcan el restablecimiento de la integridad celular de la mucosa. En este sentido, Ausilium Venus es un excelente aliado en caso de citólisis.
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