Compartimos esta entrada de Roberta Biasiotto, fisioterapeuta especializada en uroginecología, obstetricia, fisiosexología y coloproctología así como en terapia visceral manual con formación en psiconeuroinmunología clínica.
Trabaja como fisioterapeuta en una clínica privada y es Profesora del Máster de Suelo Pélvico de la FUB Manresa y de diferentes cursos de formación para fisioterapeutas.
Quizás un centro de fisioterapia no sea el primer sitio al que acudiríamos al empezar a notar síntomas de cistiti pero nos interesará saber que las alteraciones posturales y del suelo pélvico pueden ser factores importantes a la hora de favorecer situaciones de inflamación o infección de las vías urinarias.
Si pensamos que la vía de entrada de los patógenos a las vías urinarias es la zona genital, podemos entender fácilmente que la mejora del estado y de la función del suelo pélvico nos podrá ayudar a mejorar nuestras barreras de defensa para defendernos de las infecciones.
Pero hoy nos vamos a centrar en esos casos donde los síntomas de cistitis se presentan sin que haya infección, en las cistitis abactericas: a veces pueden ser causadas por una inflamación crónica debida a alteraciones del sistema inmunitario o a daños en la mucosa vesical por un exceso de agresiones tanto por bacterias como por un exceso de medicación. Pero también encontramos casos en los cuales no hay una causa inflamatoria local.
Para poder eliminar correctamente la orina, en la fase de vaciado el musculo de la vejiga se contrae y el esfínter uretral se relaja; de esta manera la presión de la vejiga es mayor de la de la uretra y podemos hacer una micción completa y satisfactoria. Pero nos podemos encontrar en situaciones en las cuales un exceso de activación de la musculatura perineal dificulte la salida de la orina por un exceso de presión en la uretra y en el esfínter uretral.
El vaciado podrá ser incompleto e insuficiente y además la vejiga tendrá que hacer un exceso de esfuerzo de contracción que a largo plazo podrá hacer que sus paredes se vuelvan más gruesas y rígidas, reduciendo así la capacidad de distensión y de llenado de manera progresiva y pudiendo derivar en problemas de poliaquiuria (aumento de la frecuencia miccional), urgencias e incluso dolor, que se podrían llegar a confundir en algunos casos con síntomas de cistitis.
Y es que para poderse distender correctamente durante la fase de llenado y posteriormente contraerse para que salga toda la orina, la vejiga necesita tener una buena elasticidad y también un entorno libre para poderse expandir.
Si los tejidos musculofasciales que la rodean son rígidos y tensos, cuando empiece a llenarse encontrará resistencia y en seguida se avisará al cerebro de que hay necesidad de vaciar como si la vejiga estuviera llena. Y no sería solo el caso de alteraciones del suelo pélvico, si no también si el exceso de tensión viniera de la musculatura abdominal baja o por ejemplo lo encontramos con frecuencia por cicatrices de cesáreas o de histerectomías que generan adherencias internas que afectan al espacio perivesical.
Las alteraciones de otros órganos o sistema también podrían influir negativamente, como por ejemplo en el caso de inflamaciones abdominales, estreñimiento crónico o alteraciones del sistema reproductor, casos en los cuales se podrá producir un aumento de presión hacia la zona vesical y también una excitación mantenida de las vías neurológicas que todas estas vísceras y tejidos musculoesqueléticos comparten.
Se genera un estado de sensibilización del sistema nervioso que se tendrá que abordar teniendo en cuenta todos los factores que puedan influir en los diferentes sistemas y también incluir técnicas y tratamientos que modulen este estado de alteración a nivel neurológico.
Estas son solo algunas de las situaciones en las cuales nos beneficiaremos de una visita en un centro de fisioterapia del suelo pélvico, hay muchas otras que abordaremos en otros artículos o espacios.
Así que si sufres de cistitis, sería cuanto menos interesante poder hacer una revisión de fisioterapia especifica, para valorar si hay algún factor de riesgo que no se haya tenido en cuenta y poderte ayudar a resolverlo y mejorar la función de tu sistema urinario.