La cistitis post coital es la más común pero la menos conocida porque obviamente es vergonzoso hablar de sexo para muchos médicos.

Así que voy a hacer una pequeña recapitulación para las personas que tienen cistitis post coital o, en otras palabras, que se encuentran con la presencia de bacterias patógenas (E. coli u otras) en la vejiga.

Posibilidad N° 1:

Las bacterias vienen del entorno exterior (área perineal, manos, sábanas, sex toys, etc.) y se entrerán accidentalmente en contacto con el meato urinario debido a los «movimientos» durante las relaciones.

En general, este es el caso de la sexualidad de juventud y de la cistitis de las niñas y es muy fácil eliminarla con las medidas preventivas habituales:

– higiene íntima adecuada para la pareja

– lavado de manos (agua + jabón) antes de los preliminares

– juguetes sexuales limpios y de calidad (siguiendo bien las instrucciones)

– orinar después del sexo + higiene íntima suave y no agresiva

– no mantener relaciones sexuales vaginales después del coito anal (al menos cambiar de condón entre las dos)

Posibilidad N° 2:

Las bacterias vienen de nuestro propio intestino. Esto se llama «migración bacteriana». Básicamente, depende de ciertas posiciones y/o contracturas de la musculatura pélvica que hacen que la vejiga se encuentre «aplastada» contra el intestino. Como resultado, las bacterias comensales (que están ahí porque es normal y fisiológico) podrán así moverse a la vejiga simplemente “cruzando las paredes”.

Bueno, estamos de acuerdo en que este fenómeno depende de una cierta predisposición a la migración bacteriana que algunos llaman hiperpermeabilidad intestinal.

En este caso, se aplican también las medidas de precaución mencionadas anteriormente además de estos otros «consejos»:

– evitar el estreñimiento

– hidratación diaria adecuada (1,5 l de agua durante todo el día)

– tomar probióticos específicos para la flora intestinal como lactobacilos, asociados con prebióticos si oportuno (por ejemplo, Deaflor)

Si esto no fuera suficiente, se podría tomar una dosis de D-Mannoro después de las relaciones para «interceptar» las bacterias tan pronto como lleguen a la vejiga y hacer una pequeña cura de tres/cuatro días después para agarrarlos y eliminarlos.

Posibilidad N° 3

Las bacterias vienen de la mucosa vaginal. Esto pasa cuando hay una disbiosis (un desequilibrio) de la flora vaginal y las bacterias patógenas se establecer en la mucosa vaginal.

Como resultado, la vagina se convierte en una verdadera «reserva» de bacterias que luego serán empujadas arriba por el pene y los movimientos:

– hacia el fondo vaginal donde la pared que separa la vagina y la vejiga es muy delgada, causando una migración bacteriana

– hacia la entrada de la vagina y, por lo tanto, hacia el meato urinario, causando una cistitis “ascendente”

Entonces, aquí tenemos que actuar un poco más «agresivamente»:

– aplicando todas las medidas higienicas

– usando Ausilium crema vaginal con D-Manosa + D-Mannoro después de las relaciones

– tomar Ausilium 20 PLUS diariamente hasta la desaparición completa

– usar Ausilium Lavanda para eliminar las bacterias patógenas a la raíz y restablecer un buen equilibrio vaginal

Añado aquí que la disbiosis vaginal es asintomática con mucha más frecuencia de lo que creemos e incluso puede ser no visible en las muestras de control que generalmente buscan «infecciones» y no «pequeños desequilibrios».

Posibilidad N° 4:

Si la pareja masculina tiene prostatitis o uretritis bacteriana (o cistitis que en este caso sería más bien asintomatica), esto podría representar una «reserva» de las bacterias.

Por lo tanto, cuando la cistitis es posterior al coito y todas las soluciones anteriores son ineficaces, se recomienda hacer un pequeño chequeo (cultivo de orina, exudado uretral, espermocultivo) para evitar cualquier riesgo. Como algunos de nuestros queridos «machos» muchas veces se niegan a hacer los exámenes, podríamos tomar el toro por los cuernos y ofrecerles tomar Ausilium como medida de precaución. Si la cistitis desaparece, ¡sabremos por qué!

En resumen, es un círculo vicioso del cual se puede llegar a salir sólo cuidando de la pareja simultaneamente.