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Cistitis: ¿por dónde empezar? Lo esencial

Cistitis: ¿por dónde empezar? Lo esencial

En este artículo hemos querido resumir una serie de informaciones, organizadas en 6 puntos diferentes para gestionar de forma natural, eficaz y duradera algunos de los problemas urológicos y/o ginecológicos más frecuentes.

1. La cistitis no siempre es una infección urinaria

Es esencial distinguir entre

cistitis bacteriana (infección urinaria) cuyos síntomas están directamente relacionados con la presencia en las vías urinarias de bacterias uropatógenas en cantidades tan excesivas que provocan síntomas dolorosos

cistitis abacteriana que presenta los mismos síntomas que la cistitis bacteriana, pero el análisis de orina no detecta bacterias

La única prueba fiable para establecer esta distinción es el cultivo de orina.

Las tiras de orina que se venden en las farmacias no son suficientes para identificar la presencia bacteriana,

determinar parámetros importantes como la cepa bacteriana y la carga, es decir, la cantidad de bacterias presentes (generalmente expresada en UFC, unidades formadoras de colonias, por un número elevado a la potencia).

En función de la naturaleza de la cistitis (bacteriana o abacteriana), las medidas que deben tomarse para contrarrestar los episodios agudos y evitar las recidivas serán, por tanto, diferentes en función de la presencia de bacterias, de inflamación o de ambas.

2.La D-Manosa, un principio activo natural eficaz contra la cistitis bacteriana

La D-Manosa es un azúcar simple, un monosacárido escasamente asimilable por el organismo (la mejor calidad se extrae del abedul).

Esta particularidad le confiere dos propiedades

– su impacto en los niveles de azúcar en la sangre es insignificante (nulo por debajo de 0,2 g/j/kg de peso); esto le

permite ser tomado por todas las personas, en cualquier momento de la vida

– se elimina con el flujo urinario

Este último punto es crucial porque es precisamente en el tracto urinario donde la D-Manosa ejerce su acción beneficiosa, principalmente de dos maneras:

– inhibiendo la capacidad adhesiva de las bacterias patógenas

– restableciendo la integridad de la vejiga y de la mucosa uretral

Inhibición de la capacidad adhesiva de las bacterias

Premisa: las bacterias patógenas implicadas en las infecciones urinarias (sobre todo Escherichia coli) son bacterias con fimbrias, es decir que están dotadas de adhesinas, pequeños filamentos con “ganchos” capaces de adherirse -literalmente- al urotelio (la membrana mucosa que recubre el interior de la vejiga y de la uretra).

Una vez adheridas a la pared, las bacterias proliferan libremente, provocando una inflamación cada vez más fuerte de las paredes de la vejiga y de la uretra.

Esta inflamación provoca los sintomas dolorosos de la cistitis.

La D-Manosa tiene una gran afinidad con los receptores que permiten que las bacterias se unan a la mucosa; una vez tomada por vía oral, la D-Manosa llega a la vejiga donde se une a las bacterias presentes, formando una unión bacteria-D-Manosa más fuerte que la que existe entre la bacteria y la pared urotelial. De este modo:

  • la D-Manosa evita que las bacterias “libres” se adhieran a la mucosa
  • las bacterias patógenas ya adheridas a la mucosa se desprenden voluntariamente para unirse a la D-Manosa, confundiendo esta última (precisamente por la estructura del azúcar, similar a la de la mucosa) para un nuevo sitio a colonizar.

La ventaja adicional es que las bacterias son expulsadas vivas, limitando así los fenómenos subyacentes a la resistencia a los medicamentos. Una vez unidas a la D-Manosa, las bacterias ya no podrán romper este vínculo y, por lo tanto, se expulsarán de la vejiga a través del flujo urinario, de forma sencilla y natural.

Restauración de la integridad de la mucosa

La D-Manosa tiene acción reepitelizante: al unirse a la vejiga y a la mucosa uretral es capaz de restaurar su integridad.

De hecho, es una molécula producida de forma autónoma por nuestro organismoo  y es una de las

componentes de la capa superior del urotelio: los GAG (glucosaminoglicanos).

Estos tienen como función principal la de proteger la mucosa contra irritaciones y ataques bacterianos.

Cuando la cistitis se vuelve crónica, la inflamación del urotelio no tiene tiempo de reabsorberse entre un episodio agudo y otro, debido a alteración y/o destrucción

de la capa GAG. Esta situación aumenta la sensibilidad y la susceptibilidad a las infecciones urinarias y conduce a síntomas dolorosos que son cada vez más tempranos y duraderos.

La D-Manosa tomada por vía oral una vez en la vejiga se unirá a la capa GAG que cubre el urotelio, restableciendo su integridad.

3.El biofilm: principal responsable de la cistitis recurrente

El biofilm bacteriano es una verdadera estrategia defensiva implementada por las bacterias patógenas para no ser alcanzadas por las defensas naturales de nuestro organismo, antibióticos u otros agentes antimicrobianos (incluida la D-Manosa).

El biofilm puede aparecer ya con la primera infección urinaria.

Es una matriz de polisacáridos creada por las propias bacterias (incluso de diferentes cepas que son capaces de coexistir y colaborar entre sí).

El biofilm maduro libera periódicamente bacterias patógenas en la vejiga que provocan nuevos episodios agudos. Por tanto, se podría pensar que la cistitis es recurrente, cuando en realidad se trata de la misma infección.

En estas condiciones ningún tratamiento con antibióticos podrá llegar a las bacterias encerradas dentro del biofilm y la molécula solo será efectiva contra las bacterias que se encuentran fuera de él.

A medida que disminuye la concentración de antibiótico en el organismo, el biofilm dejará salir más bacterias, que además de colonizar nuevamente el ambiente, desarrollarán resistencia a los antibióticos, gracias a los mensajes químicos dejados por las bacterias que los precedieron.

Esto explica el mecanismo de creación de la farmacorresistencia.

Por lo tanto, para combatir este fenómeno es necesario un enfoque que nos permita disgregar  los biofilms patógenos y luego actuar sobre bacterias desprotegidas.

4.La cistitis es un problema multifactorial

La cistitis es un problema multifactorial que tiende a cronificarse por diversos motivos. Las causas en el origen de la cistitis son variables y diferentes de un sujeto a otro.

Es fundamental, para una lucha eficaz y duradera contra la cistitis recurrente, identificar el factor o factores predisponentes y precipitantes, para intervenir también en cada uno de ellos. De hecho, sólo una estrategia personalizada que gestione todas las causas desencadenantes podrá romper el circulo vicioso que llevó a la cronicidad.

Además, es importante señalar que si la presencia de una biofilm patógeno suele ser un factor predisponente y favorable para la cistitis, este casi nunca es la única causa desencadenante de los episodios agudos. De hecho, podemos identificar varios.

Cistitis: factores predisponentes

  • desequilibrios del tránsito intestinal como estreñimiento y/o diarrea
  • cambios hormonales, como ciclo menstrual, premenopausia, menopausia, embarazo, post parto, anticoncepción
  • relaciones sexuales
  • tampones internos y externos
  • baños en mar, piscina, spa, sauna
  • inflamación de la mucosa (cistitis abacteriana)
  • hidratación insuficiente
  • vaciado incompleto de la vejiga
  • higiene íntima excesiva o demasiado agresiva
  • frío/cambio de estación
  • algunos deportes (ciclismo, equitación, running)
  • toma de antibióticos
  • disbiosis vaginal, con alteración de la flora de Döderlein, micosis, vaginosis

5.La cistitis abacteriana (inflamatoria) es más común de lo que cree

La cistitis abacteriana es una afección caracterizada por la inflamación de la mucosa de la vejiga, que puede desencadenar diversos problemas a nivel urogenital: dolor agudo, episodios recurrentes, riesgo de cronicidad, riesgo de neuropatías, alodinia, adelgazamiento de la capa protectora GAG resultando en una mayor vulnerabilidad a ataques bacterianos, fúngicos y virales.

Los síntomas dolorosos son muy similares a los de la cistitis bacteriana, pero se caracterizan por la ausencia de bacterias en la orina (urocultivo negativo).

En un caso como este, la terapia con antibióticos es completamente inútil. En lugar de ello, debemos actuar paa apoyar la reepitelización de la pared de la vejiga y su capa protectora (GAG), contrarrestando la inflamación al mismo tiempo.

Aquí una serie de medidas útiles.

Qué hacer en caso de cistitis abacteriana:

  • dieta tendencialmente alcalinizante, con menos quesos, lácteos, carnes y pescados, favoreciendo frutas, verduras, legumbres, cereales y harinas. Limitar el chocolate, el café y el picante.
  • evitar tomar suplementos a base de arándano (o arándano rojo), gayuba, vitamina C
  • evitar el alcohol y el tabaco que son altamente oxidantes.
  • mantener una hidratación adecuada, consumiendo aproximadamente 1,5 litros de agua al día, bebiendo a intervalos regulares y en pequeños sorbos durante el día
  • usar ropa ancha y ropa interior de algodón.
  • Tomar a diario un antiinflamatorio natural como Morinda citrifolia contenida en productos como Alaquer, Quercetina contenida en Cistiquer y PEA (palmitoiletanolamida) contenida en Pealen.​

6.Vaginitis, micosis y vaginosis: 3 afecciones diferentes

Ardor, picazón u hormigueo no necesariamente indican la presencia de Candida.

Ante síntomas de este tipo el primer paso correcto a dar es realizar un exudado vaginal para saber si se trata de:

  • vaginitis: inflamación de la mucosa vulvovaginal, sin infección
  • micosis: infección vaginal por hongos (a menudo Candida albicans)
  • vaginosis: infección vaginal bacteriana (a menudo Gardnerella)

Esta distinción entre inflamación e infección es esencial para una correcta orientación hacia una estrategia eficaz e incisiva de prevención y mantenimiento.

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