Message Icon
E-Mail
contacto@deakos.com
Phone Icon
Número de teléfono
+39 0187 575150
Cuando hablamos de cistitis, estamos hablando de una inflamación de la vejiga que la mayoría de las veces, causa lo que se describe como una sensación de ardor y cuyos síntomas principales (dolor, urgencia y frecuencia miccional) pueden controlarse en parte con una dieta ad hoc.

Cistitis en la mesa

Cuando hablamos de cistitis, estamos hablando de una inflamación de la vejiga que la mayoría de las veces, causa lo que se describe como una sensación de ardor y cuyos síntomas principales (dolor, urgencia y frecuencia miccional) pueden controlarse en parte con una dieta ad hoc.

Es esencial recordar que la orina es fisiológicamente ácida (pH entre 4.5 y 7.5). Esta característica puede ayudar o hacer empeorar los trastornos en caso de episodio agudo de cistitis debido al contacto permanente entre la orina y la pared de la vejiga. Pared de la vejiga (urotelio) que, en el caso de la cistitis aguda recurrente, probablemente se daña debido a ataques bacterianos, uso repetido de antibióticos y tal vez, intentos de enfoque fitoterapéutico basado en sustancias acidificantes o irritantes.

Por estos motivos, la acidificación de la orina(tomando arándano u otra cosa) NO es una solución porque daña aún más la mucosa, aumenta el dolor y no llega a destruir las bacterias (de esto se encargará nuestra querida D-Manosa).

Por otro lado, la implementación de una dieta alcalina permite modificar el pH urinario (desacidificándolo) para crear un ambiente que no sea muy favorable para la proliferación bacteriana y menos irritante para la pared.

OJO ¡La dieta alcalina no tiene ningún efecto sobre el pH de todo el organismo y su acción no implica la eliminación bacteriana!

La dieta alcalina

La dieta alcalina se basa esencialmente en las indicaciones proporcionadas por las tablas de índice PRAL que nos ayudan a evaluar el potencial acidificante de diferentes alimentos y grupos de alimentos.

Gracias a estas «herramientas», será más fácil definir qué alimentos favorecer y cuáles limitar para evitar caer en un estricto régimen de limitaciones (desafortunadamente recomendado con demasiada frecuencia), lo que llevaría a una reducción significativa de comidas, deficiencias, una reducción de la inmunidad, una gran frustración y, en última instancia, un beneficio menor en comparación con la «inversión» personal de este abordaje propuesto.

El diario de comida

Es importante señalar aquí que la literatura científica no nos ofrece ninguna publicación que demuestre con certeza la efectividad de este tipo de enfoque nutricional, sin embargo, la mayoría de las personas que padecen cistitis confirman el impacto de su dieta en sus síntomas. Es por eso que, en la medida en que la dieta alcalina no proporciona un desalojo estricto o riesgo de deficiencia mayor, su implementación parece ser un coadyuvante interesante a otras medidas contra la cistitis (tanto en prevención como en fase aguda).

A veces es difícil identificar los alimentos responsables del empeoramiento de los síntomas a pesar de monitorear las tablas PRAL. Por esto escribir un diario que relacione la evolución de los trastornos y la alimentación parece ser la mejor solución para que todos puedan identificar sus propias «intolerancias».

Este diario debe llevarse a cabo durante un período de tiempo determinado (preferiblemente no menos de 10 días), comenzando con una rutina de alimentos relativamente simple basada en el consumo de alimentos crudos cocinados simplemente (para posponer la introducción de alimentos o platos mas elaborados).

Podemos anotar:

– todo el consumo de alimentos y bebidas (comidas principales y snacks)

– hidratación diaria

Después de esta fase inicial, es interesante proceder con una reintroducción gradual de alimentos potencialmente agresivos para la vejiga a fin de poder determinar la tolerancia individual de su consumo (en forma de notas en este famoso diario de comida). Aquí se recomienda encarecidamente practicar estas introducciones de la siguiente manera: un solo alimento «nuevo» por día, en pequeña cantidad el primer día, luego en mayor cantidad (una porción completa) al día siguiente.

Toda la información recopilada será de gran ayuda para el futuro con el fin de adaptar los hábitos culinarios, las opciones posibles cuando salimos, etc.

En la práctica

La elección real de los alimentos para comer, especialmente al comienzo, es quizás el aspecto más problemático para aquellos que desean llevar a cabo una dieta alcalina. En realidad, siendo casi todas las plantas consideradas «alcalinizantes», existen muchas posibilidades para todos los gustos para preparar platos variados y sabrosos (por ejemplo: brócoli, zanahorias, calabacín, pepino, apio, berenjenas, espinacas, etc. patatas, plátanos, albaricoques, uvas, peras, melón, etc.).

La dificultad de excluir (incluso temporalmente) los alimentos acidificantes está relacionada principalmente con su naturaleza social: alcohol, café, té, arándano, gayuba, picante, chocolate, salsas, alimentos muy grasos o procesados, tomates, cítricos, etc.

Casos especiales

El limón es un alimento útil para la salud y la calidad de vida en general. Es una de las frutas con mayor contenido de ácido acítrico, una sustancia esencial para la energía de las células y por esta razón, está indicado para la resolución de diversos problemas.

A pesar de ser muy ácido, el limón tiene un índice PRAL (in vitro) que lo ubica en la categoría de alimentos particularmente alcalinizantes y, por lo tanto, a priori, indicado en una dieta alcalina.

Sin embargo, la tolerancia individual a este alimento varía mucho de un sujeto a otro. Muchos parámetros como la acidez gástrica, la calidad de la microbiota o el consumo de medicamentos, modificarán el índice PRAL de limón in vivo. Por esta razón, el consumo regular de jugo de limón solo está indicado en personas que están seguras de tolerarlo bien. En otros casos, el principio de precaución aconseja evitarlo.

El café y el té (incluso descafeinado o desteinado) son una de las fuentes de energía que a menudo es muy difícil de abandonar, incluso debido a la dependencia que pueden causar. En este caso, será recomendable reducirlos gradualmente hasta la eliminación total, reemplazándolos con otras bebidas.

Conclusiones

Cabe señalar que la regresión de la sintomatología gracias a este «ajuste» de la dieta puede ser lenta (especialmente en la fase aguda) y que esta dieta (que no es un «tratamiento») tiene un beneficio significativo cuando se sigue a largo plazo. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la cistitis es una patología multifactorial que debe manejarse de manera integral (y en particular identificando los factores predisponentes y precipitantes de los episodios agudos) para una resolución efectiva y duradera.

En conclusión, una dieta sana, equilibrada y alcalina implica cierto esfuerzo y atención especial, pero es un excelente hábito para defender la vejiga y, en general, el cuerpo, contra la cistitis y sus trastornos.

Deja una respuesta