Este artículo nace de una creencia popular que confunde bastante: la relación entre el crecimiento de Candida albicans y el concepto de pH para poder llegar a un abordaje razonado y natural de la candidiasis.

También nace de una pregunta muy relevante en nuestro grupo Facebook:

“Durante la lectura completa del libro «Candida albicans» descubrí que para combatir esta levadura es necesario disminuir la ingesta de azúcar y mantener el pH del intestino ácido (para evitar el desarrollo de la forma patógena de Candida albicans). Pero… con los complementos alimenticios Ausilium y Lenicand no estoy haciendo todo lo contrario?”.

Preámbulo

C. albicans, como Myriam demuestra acertadamente en su testimonio, es un comensal intestinal (pero también vaginal, oral, etc.) cuya presencia, en buenas proporciones y lugares «adecuados», es fisiológica e indispensable para algunas funciones, en particular, su existencia en los intestinos contribuye a la correcta digestión y absorción de ciertos nutrientes y a la inmunidad.

Esta levadura se vuelve patógena cuando su crecimiento es permitido por una regresión de otras cepas bacterianas y fúngicas -> es un oportunista que «aprovecha» de la disbiosis para colonizar dando lugar a la candidiasis.

Candidiasis… digestiva

La llamada «candidiasis» es un problema que, para ser definido con precisión, siempre debe ser:

– localizado en uno (o más órganos) -> así que hablamos de candidiasis digestiva, vulvovaginal, oral, etc.

–diagnosticado con certeza -> a través de pruebas fiables y de laboratorio suportadas por la comunidad médica (análisis de heces, muestras locales, breath-test, análisis de sangre, etc.)

En ausencia de estos dos criterios, hablar de «candidiasis», basándose únicamente en la sintomatología es peligroso y, con demasiada frecuencia, erróneo o inadecuado.

Este artículo está por lo tanto dedicado a la candidiasis digestiva.

Papel del pH intestinal en caso de candidiasis gastrointestinal

Con estas premisas vamos al grano.

En particular, C. albicans y su crecimiento están regulados en primer lugar por su cohabitación con otras cepas que lo mantienen en una posición de «dominado». Entendemos aquí que el pH intestinal es un parámetro secundario de manejo y regulación de su proliferación.

Sin embargo, el pH intestinal es crucial para controlar el ambiente intestinal y promover el crecimiento de una microbiota saludable, localizada «en el lugar correcto» y que contiene las diferentes cepas de hongos y bacterias en las proporciones «correctas».

El pH intestinal se determina (99,9% de los casos) por el pH del bolo que pasa del estómago al duodeno (primera parte del intestino delgado). Lo que significa que en realidad es el pH gástrico lo que determina prácticamente todo lo que pasa después del estomago. Sin embargo, el pH gástrico en sí está regulado por una serie de mecanismos (producción de jugos, enzimas, control hormonal, etc.) que son tan poderosos que una ingesta de ingredientes activos alcalinizantes (como los contenidos en Ausilium 20 PLUS y Ausilium Forte) no será suficiente para modificar la tendencia fisiológica de los contenidos gástricos cuyo pH es de alrededor de 3.5. Por otro lado, los agentes alcalinizantes contenidos en estos complementos alimenticios serán valiosos aliados para el control y la «desacidificación» del pH urinario para:

-> limitar la agresión urotelial por una orina demasiado ácida

-> combatir la acidificación de la orina causada por la presencia de gérmenes uropatogénicos en caso de infección aguda o latente (biofilm)

-> reducir la inflamación

Hay que añadir a esto que Ausilium NAC no contiene ningún agente alcalinizante y que Lenicand (que no contiene ni alcalinizante ni acidificante) combate C. albicans en otro terreno, el de su nutrición. De hecho, este complemento alimenticio priva a C. albicans de hierro para que se «muera de hambre» y promueve su regresión.

En conclusión, por lo tanto, sin duda, los productos citados están indicados para una mejora de la candidiasis.