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Atrofia genitourinaria durante la menopausia

Atrofia genitourinaria durante la menopausia Parte II

Las terapias para la atrofia genitourinaria tienen como objetivo la recuperación de la fisiología urogenital, la prevención de infecciones genitourinarias y la mejora de los síntomas, especialmente de sequedad, picazón, ardor y dispareunia. Para ello es necesario que vuelvan a la normalidad los parámetros alterados por el hipoestrogenismo, como el pH, la flora fisiológica, la lubricación y el trofismo.

Las posibles vías terapéuticas disponibles son: terapias lubricantes e hidratantes, preparaciones fitoestrogénicas locales, terapia de reemplazo hormonal, terapia de estrógenos locales, ingesta oral de tibolon u ospemifeno, tratamiento con láser vaginal de CO2, bioestimulación o filler (ácido hialurónico monofásico), electroporación-radiofrecuencia.

• en caso de atrofia vaginal, puede ser útil utilizar lubricantes no hormonales a base de agua, aceite o ácido hialurónico, vitamina A, E, calostro y principios fitoterapéuticos que tienen propiedades hidratantes y estimulan el trofismo vaginal. Estos ingredientes activos son muy útiles ya que alivian la sequedad vaginal y facilitan las relaciones sexuales. Sin embargo, su uso no tiene un propósito terapéutico sino solo paliativo, aunque en la práctica clínica se ha observado que el uso constante puede traer beneficios duraderos. Estas preparaciones se pueden encontrar en forma de geles, cremas u óvulos vaginales. Una buena lubricación es esencial, especialmente durante las relaciones sexuales; en el mercado existen cremas de origen natural que, además de contener ingredientes activos útiles para hidratar, nutrir y calmar la piel y las membranas mucosas, también contienen D-Manosa para restaurar la integridad de las membranas mucosas y evitar que las bacterias se adhieran a ellas.

• los fitoestrógenos son sustancias de naturaleza vegetal, no esteroidales, capaces de unirse a los receptores para los estrógenos. Estas sustancias tienen una acción similar a las hormonas: al unirse a los receptores estrogénicos, desencadenan todos los procesos regulados por estas hormonas aunque con menores efectos. También tienen acción no hormonal, antioxidante y antiinflamatoria. Las principales fuentes naturales son la soja y el trébol rojo. Las isoflavonas son la familia de fitoestrógenos que posee la mayor actividad y afinidad estrogénicas, interactuando con los receptores de estrógenos distribuidos por todo el organismo. Existen formulaciones basadas en fitoestrógenos para uso tópico con actividad emoliente, calmante, hidratante y lubricante. Son útiles para aliviar síntomas de sequedad, picazón y ardor. Mejoran las relaciones sexuales, reequilibran el pH vaginal y la flora vaginal.

• la terapia de primer nivel para la atrofia genitourinaria menopáusica es la administración tópica de estrógenos. La eficacia y seguridad de la terapia local con estrógenos vaginales ahora está demostrada por numerosos estudios clínicos. Se basa en el uso de estrógenos equinos conjugados como el estradiol, el estriol o la estrona, administrados en forma de comprimidos vaginales, óvulos, cremas o anillos vaginales.

• la terapia de reemplazo hormonal para los trastornos urogenitales se basa en el efecto que los estrógenos tienen en el tracto urogenital. Numerosos estudios han demostrado la eficacia de la terapia de reemplazo hormonal en el tratamiento de atrofia genitourinaria. Los estrógenos aumentan el trofismo del epitelio vaginal, uretral y vesical. También aumentan la presión del cierre uretral (evitando así la pérdida de orina) y el umbral de sensibilidad de la vejiga, lo que permite una mejora en el control neuronal de la micción (mejora de frecuencia y urgencia urinaria). Sin embargo, el efecto es limitado solo al período de tratamiento para luego detenerse al final del mismo.

• la Tibolona es un esteroide sintético clasificado como modulador selectivo de la actividad estrogénica ya que actúa de manera diferente en varios tejidos y órganos diana. El fármaco ejerce acción estrogénica, progestina y débilmente androgénica. Se obtuvieron buenos resultados sobre la sequedad vaginal y la libido, mejorando los síntomas relacionados con la disfunción sexual.

• otra posibilidad es el uso de un modulador selectivo del receptor de estrógenos, el ospemifeno. El ospemifeno es un cura no hormonal administrada por vía oral. Este medicamento es bien tolerado y promueve eficazmente el trofismo de la mucosa vaginal con un impacto mínimo en el endometrio.

• tras la introducción de la tecnología láser fraccional de CO2 (la más conocida es Monnalisa Touch) y la creación de instrumentos dedicados a la esfera vulvo-vaginal, se ha abierto una nueva frontera en el tratamiento de problemas posmenopáusicos del aparato genital femenino. El láser actúa directamente sobre la mucosa vulvar y vaginal con el objetivo de estimular la reactivación metabólica de los fibroblastos obteniendo una regeneración tisular. La aplicación del láser de CO2 en las paredes vaginales se realiza a través de una sonda que garantiza una distribución homogénea del impulso en las paredes vaginales. Esto reactiva la síntesis de matriz extracelular y colágeno que conduce a la recuperación del tropismo tisular. La mejora del trofismo de la mucosa conduce a un aumento en el glucógeno celular, favorece una recolonización por los lactobacilos y una restauración de la acidez vaginal. Los resultados aparecen después de un mes y medio después de la primera sesión. El tratamiento es mínimamente invasivo, no requiere anestesia y puede realizarse en clínica con efectos secundarios raros o leves y transitorios.

• hay operaciones ambulatorias que involucran la inyección de ácido hialurónico monofásico. Una sesión dura unos 20-30 minutos. El efecto dura 12-18 meses y las sesiones se pueden repetir según sea necesario. Para mejorar el trofismo y la elasticidad de la piel también se pueden realizar infiltraciones con bioestimulantes o biorevitalizadores.

• la radiofrecuencia y la electroporación (conocida como Vagy Combi) es un procedimiento no invasivo y completamente indoloro. Se basa en el uso de dos métodos, electroporación y radiofrecuencia, que pueden usarse juntos o por separado para mejorar el rendimiento terapéutico. La radiofrecuencia es una práctica no invasiva e indolora que, mediante aplicadores externos e internos capaces de inducir un aumento de la temperatura, restaura el potencial energético de las membranas celulares, estimula la producción de colágeno y aumenta la eficiencia contráctil de los músculos, garantizando así los efectos regenerativos en la zona afectada desde los primeros tratamientos. La electroporación es una tecnología no invasiva e indolora que se puede definir como una «jeringa virtual». Un impulso electromagnético particular hace que un principio activo se absorba sin agujas por vía transdérmica, garantizando una mayor concentración y efectividad solo en las áreas involucradas.

Además de las vías terapéuticas enumeradas anteriormente, la rehabilitación del suelo pélvico ha demostrado ser muy útil. Los ejercicios perineales ayudan a mejorar la vascularización local y permiten controlar mejor los músculos del perineo y mantenerlos más relajados durante el coito, evitando círculos viciosos de contractura, dispareunia, cistitis postcoital y contracción adicional.

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