La alimentación es un tema vasto que agrupa y entrelaza muchas nociones: experiencias, creencias, gustos, educación y muchos otros aspectos. Comer es un acto social placentero que, en ciertas situaciones, puede convertirse en un acto terapéutico central para el manejo. Este es el caso de mujeres con endometriosis, por ejemplo, pero también de aquellas que sufren de cistitis crónica (bacteriana y abacteriana).
Si es cierto que, en estas circunstancias, la dieta se vuelve más «técnica» y “médica”, sin embargo, es esencial mantener el rumbo para que un enfoque «aliado» contra la enfermedad no se convierta en una restricción diaria, fuente de nuevas frustraciones, desocialización y pérdida de placer.
Sobre este tema, aquí está el punto de vista de una paciente que sufre de endometriosis y de una dietista
Testimonio de Laila:
Cuando te diagnostican endometriosis, el mundo literalmente se te cae encima. En mi caso, especialmente porque este diagnóstico se produjo después de una larga peregrinación entre médicos y exámenes, ansiedades y paranoia donde nunca me sentí vista o creída. Entonces, me destruyeron físicamente y mentalmente antes de comenzar.
Te encuentras lidiando con la desinformación médica y científica y malos consejos, la gestión del trabajo, la vida privada, la sexualidad, etc., pero sobre todo te enfrentas a un problema diario: la comida.
He sido vegetariana durante muchos años y, por lo tanto, estoy bastante acostumbrada a lo que, para muchos, suena a renuncia (por ejemplo, cuando no encuentro la alternativa correcta a mis necesidades en el restaurante). Por lo tanto, estoy muy decidida y disciplinada.
Creo que disciplina es la palabra clave en la lucha contra esta patología. Debes estar muy tranquila y lúcida cuando te mueves por el laberinto de información de la web: cirugía sí o no, complementos alimenticios sí o no, hormonas sí o no, dieta antiinflamatoria sí o no, etc.
No entraré en los detalles de los diferentes temas enumerados anteriormente porque no soy médico y cada uno tiene su propia historia. Cada caso debe evaluarse en relación con el beneficio/precio a pagar (sacrificio por hacer). Ni siquiera soy una persona que cree en los milagros o en la curación a toda costa, pero me gusta cuidar mi cuerpo y tratar de que funcione bien con las herramientas que tengo y que la naturaleza me ofrece.
Afortunadamente, viviendo en un país basado en una dieta mediterránea saludable y variada, tengo todas las piezas para componer mi rompecabezas de bienestar.
Tengo poco conocimiento en el campo nutricional, así que tuve que recurrir a una dietista que me describió el mejor enfoque teniendo en cuenta mis necesidades más delicadas:
– una dieta factible a un coste razonable
– la más vegetariana posible (¿son tan malos la carne y el pescado?)
– una dieta que no siempre me recuerde que estoy enferma
– una dieta que no esté hecha solo de sacrificios
– una nutrición asociada a complementos alimenticios razonables y adecuados
– saber cómo combinar alimentos prohibidos y no prohibidos para no sobrecargar
– una dieta adecuada a mi actividad física
Aquí la opinión de Mary, dietista (el video está disponible en francés e italiano).