Causas anatómicas:
La uretra, el conducto por el que sale la orina y que conecta la vejiga con los genitales externos, es mucho más corta en la mujer que en el hombre: 3-5 cm contra los 13-16cm que mide en el hombre.
Esto favorece el paso de los gérmenes desde los genitales externos que se encuentran a menudo contaminados quando la higiene no es la apropiada.
Además, la cercanía anatómica con la vagina hace que la vejiga sea sensible a traumas «mecánicos» como, por ejemplo, durante las relaciones sexuales en los siguientes casos:
– lubricación inadecuada
– dolor durante la penetración
– contracción de los músculos que rodean la vagina
En tal caso, las causas hormonales y anatómicas potencian recíprocamente el efecto negativo en el bienestar de la vejiga.
La probabilidad de desarrollar una cistitis aumenta:
- 4 veces si la mujer tiene sequedad vaginal
- 7 veces si la relación causa dolor
Con frecuencia la cistitis se asocia a Vulvodinia y Vestibulitis vulvar.
Causas Hormonales:
La uretra y la base de la vejiga, llamada «trígono vesical», donde desembocan los ureteres (los conductos que llevan la orina de los riñones a la vejiga) y de donde sale la uretra, son hormono – dependientes, porque tienen en común con la vejiga y los genitales el mismo origen embrional.
Los estrógenos, en particular, aumentan la capacidad de defensa de estos tejido y mantienen un mejor trofismo, es decir, un mejor estado de nutrición y de vascularización, que a su vez constituye una mejor defensa tanto ante las infecciones como ante los traumas mecánicos debidos a las relaciones.
Las chicas y las mujeres que no tienen menstruaciones (y se encuentran por tanto en «amenorrea» por falta de estrógeno) poseen una mayor vulnerabilidad ante las infecciones vesicales.