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Cistitis con análisis de orina completo… ¡negativo!

Cistitis con análisis de orina completo… ¡negativo!

Con su consentimiento, vamos a compartir el resultado del uroanálisis de uno de los miembros del grupo francés «Cistitis Recurrente» para comentarlo con más profundidad:

¿Qué podemos aprender de este uroanálisis?

1) la muestra de orina se tomó correctamente y sin terapia antibiótica en curso. Por lo tanto, la interpretación de la bacteriología es posible de forma objetiva

2) la hematuria está ausente = no hay sangre en la orina

3) la leucocituria es significativa = presencia de leucocitos (anticuerpos) en la vejiga

4) el laboratorio concluye con el resultado de «cultivo negativo»

Es precisamente en este último punto donde debemos detenernos.

El laboratorio se refiere a una norma emitida por la SOCIÉTÉ DE PATHOLOGIE INFECTIEUSE
DE LANGUE FRANÇAISE (SPILF) de 2014 [actualizado en 2015] que recomienda interpretar los resultados de la bacteriuria de la siguiente manera:

Significativo para una presencia bacteriana mayor o igual a:

  • 1000 UFC/ml para E. coli o S. saprophyticus
  • 10000 UFC/ml para otras cepas de gérmenes uropatógenos (Enterococos, Klebsiella, Proteus, etc.)

No significativo por debajo de estos valores:

Aplicando esta pauta, el laboratorio muestra un resultado «negativo» para todos los cultivos en los que la presencia bacteriana varía de 0 a 1000 o 10000 UFC/ml.

En este caso, la existencia de leucocituria (signo de la respuesta del sistema inmunitario a la agresión bacteriana) podría significar que la orina analizada no es estéril sino que contiene un recuento «bajo» de gérmenes.

¿Qué debemos concluir en base a esto?

Es cierto que en un sujeto sano y en ausencia de factores de riesgo, una bacteriuria «baja» (por debajo de los valores mencionados anteriormente) es fácilmente gestionada y resuelta por el sistema inmunitario. Por ello, las directrices médicas recomiendan no realizar ninguna intervención terapéutica.

Sin embargo, en el caso de cistitis recurrentes, incluso una pequeña presencia bacteriana en la orina puede ser el punto de partida de un nuevo episodio agudo por dos razones:

1) déficit de defensas inmunitarias

El historial de las personas que padecen cistitis bacteriana crónica menciona a menudo numerosas terapias con antibióticos (cuya pertinencia es a menudo cuestionable), una alteración de la flora fisiológica que se supone que asegura la primera línea de defensa de la esfera urogenital y una respuesta inmunitaria a los ataques de los agentes uropatógenos que es menos buena que en el sujeto sano.

Por todas estas razones, en un contexto de recurrencia importante de la infección urinaria, las defensas fisiológicas puede que ya no sean capaces de asegurar la defensa del entorno de la vejiga incluso contra los ataques bacterianos de número moderado.

Este desequilibrio entre los gérmenes uropatógenos «agresores» y la respuesta inmunitaria «defensora» permite a menudo que una contaminación bacteriana débil se desarrolle, prolifere y se convierta en una verdadera infección urinaria cuyo recuento de gérmenes aumentará con el paso de los días hasta superar el umbral de importancia.

2) fragilidad del urotelio

También en este caso, ¡todo depende de la persona!

En las personas sanas, el urotelio está intacto y no muestra ninguna inflamación ni zonas «erosionadas». La agresión que sufrirá en presencia de una pequeña cantidad de gérmenes será, por tanto, recibida de forma menos aguda y, sin duda, con pocos síntomas o incluso asintomática.

Por otro lado, en un contexto de cistitis recurrente, la baja concentración bacteriana atacará un urotelio ya dañado y debilitado. Por lo tanto, es más probable que una cantidad bacteriana asintomática en un sujeto sano sea el origen de un cuadro clínico agudo en un sujeto crónico.

¿Qué hay que hacer en este caso?

Como señalan acertadamente las recomendaciones actuales, esta situación no requiere en absoluto una terapia antibiótica. Sería como lanzar una bomba nuclear sobre un batallón de 10 soldados enemigos, es decir, un enfoque desproporcionado con efectos secundarios mucho más devastadores que el daño que podrían causar los 10 soldados en cuestión.

Sin embargo, una situación como ésta debe gestionarse cuidadosamente para evitar que se convierta en un episodio agudo.

Este es un caso típico para el que está indicado el uso de Ausilium (combinación de D-Manosa, Morinda citrifolia, alcalinizante) por varias razones:

  • no tiene efectos secundarios
  • su dosificación es adaptable a la evolución de la sintomatología
  • la D-Manosa es perfecta y muy eficaz en la lucha contra los recuentos bacterianos bajos
  • la Morinda citrifolia es inmunoestimulante y sirve para reforzar la defensa inmunitaria natural
  • la Morinda citrifolia es antiinflamatoria y sirve para calmar la sintomatología dolorosa o las molestias miccionales si es necesario
  • tiene un agente alcalinizante esencial para frenar la proliferación bacteriana y luchar contra la acidez urinaria (que aumenta el dolor inflamatorio)

 

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